Dormir es importante. No vamos a descubrir nada nuevo, tras un día repleto de colegio, actividades extraescolares y otras muchas tareas; nada mejor que irse a la cama para recargar las pilas. Sin embargo, hasta a descansar hay que aprender. Porque no se trata solo de conciliar el sueño, sino de hacerlo del modo correcto y a las horas adecuadas, para asegurar un correcto reposo.
Irse a la cama a la hora adecuada es sinónimo de un buen descanso, tal y como indican desde el National Institutes of Health (NIH). Una publicación en la que se destaca que cuando se duerme no solo hay recuperación a nivel físico, también la mente se recupera después de un día ajetreado.
Cumplir con los ciclos de sueño
Tal y como indica Michael Twery, experto en descanso de NIH, una buena noche de descanso se traduce en 4 o 5 ciclos de sueño. Cada uno de ellos intercala sueño profundo y movimientos oculares rápidos, sueño desincronizado, cuando soñamos. «A medida que avanza la noche, la porción de ese ciclo que se encuentra en sueño desincronizado aumenta. Resulta que este patrón de ciclos y progresión es fundamental para la biología del sueño» explica el especialista.
Por eso es importante irse a la cama a una hora temprana, para asegurar que se cumplen todos los ciclos de suelo. Si bien las necesidades personales varían, los niños pequeños necesitan unas 10 horas de sueño, mientras que los adolescentes necesitan, al menos, 9 horas. Para lograr el máximo de los beneficios restauradores del descanso nocturno, es importante cumplir con estos horarios.
Las increíbles ventajas de irse a dormir siempre a la misma hora
Para los científicos, la regularidad de los hábitos de sueño es muy importante. Acostarse a la misma hora todas las noches repercute en la salud de las personas y trae aparejados diversos beneficios.
Por un lado, ayuda a dormirse más rápido, ya que la latencia del sueño, que es el tiempo que tardamos en dormirnos se acorta. Este tiempo que suele oscilar entre 14 y 24 minutos, suele acortarse cuando acostumbramos al cuerpo a conciliar el sueño siempre a la misma hora.
Tener la costumbre de acostarnos siempre a la misma hora también es un factor clave en el rendimiento cerebral. Los hábitos irregulares de sueño son considerados académicamente dañinos, e impactan de manera perjudicial en el aprendizaje.
Y por último, aunque muchas personas, suelen acostarse a la misma hora de lunes a viernes, los fines de semana al quedar con los amigos, salir a cenar o ir a bailar… suelen acostarse más tarde. Es lo que se conoce como Jet Lag Social, o al menos así lo identifican los científicos, quienes sostienen que el horario de sueño regular ayuda a proteger al organismo ante el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Instaurar horarios de sueño
Una vez entendida la importancia que tiene cumplir con los horarios de sueño, y con los ciclos del mismo, hay que comenzar a establecer unas rutinas que favorezcan este descanso:
– Durante el día. Apostar por una mayor actividad, ser más activos y caminar, o instaurar rutinas de ejercicios durante al menos 30 minutos periódicamente durante la semana.
– No permitir las siestas largas.
– Aprender a controlar el estrés o la ansiedad una vez que aparezcan
– Leer a los niños un cuento, o bañarlos a modo de actividad relajante
– Prohibir el visionado de televisión o de pantallas en los momentos previos a irse a la cama.
– Evitar cualquier actividad que aumente la frecuencia cardíaca durante 2 horas antes de irse a la cama.
Damián Montero
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