¿Quién no querría lo mejor para los suyos en el año nuevo? Atraer la buena suerte es un asunto que muchos quieren y la tradición indica que comerse 12 uvas es una de las formas con las que la fortuna entra en el hogar. Sin embargo en algunas circunstancias esta docena puede provocar algún que otro problema haciendo que el efecto sea el contrario al deseado.
Así lo advierte un estudio del departamento de emergencias del Hospital Pediátrico Real de Aberdeen. Esta investigación advierte de que los más pequeños de la casa pueden atragantarse al comer las 12 uvas de fin de año, especialmente aquellos que tienen menos de cinco años y que aún no son capaces de masticar de forma correcta.
Las uvas: un peligro que pasa desapercibido
Según los coordinadores de este estudio a menudo los padres vigilan las comidas de sus hijos, desde los ingredientes que componen su menú hasta la forma en la que se toman. Sin embargo, en el caso de las 12 uvas de fin de año, este peligro parece que pasa desapercibido. Muchos progenitores no saben los riesgos que pueden entrañar esta docena de frutos para los más pequeños de la casa.
Según estos expertos, la mayoría de casos detectados de atragantamientos relacionados con uvas tienen un patrón común: no se habían masticado bien. Los investigadores que analizaron los casos de asfixia provocados por este alimento comparan esta fruta con las piezas pequeñas de muchos juguetes que pueden introducirse en la boca y causar una obstrucción que impide el paso del aire.
Muchos niños, especialmente los menores de cinco años aún no dominan el acto de masticar de forma correcta. Motivo por el cual en casos de alimentos de escaso tamaño, como las uvas son tragadas de forma instantánea sin haber prensado este alimento con los dientes, lo cual puede suponer un atragantamiento que es capaz de causar la muerte del pequeño.
Rapidez y agilidad: las doce uvas de la suerte
Además el momento de las 12 uvas tiene un riesgo añadido al no dominio de la mandíbula: las prisas. Comer uno de estos frutos con cada campanada es un acto que implica rapidez y agilidad. Dos habilidades que muchos niños no tienen, por ello las prisas de estos momentos por completar en el tiempo exigido hace más probable que el menor trague una de estas piezas entera.
En el caso de que quieras compartir el momento de las 12 uvas con tus hijos, recuerda que existen dos claves para que todo salga perfecto: vigilancia y tranquilidad. Atento al niño y a lo que hace, recuérdale que debe masticar todo lo que se meta en la boca y que no hay que correr en este acto. Si en lugar de cumplir esta tradición a las 12 de la noche se hace a las 12 y 10 minutos no pasa nada, la suerte será igual dentro del hogar.
También es recomendable elegir las uvas de menor tamaño para los niños de la casa y buscar productos que carezcan de pepitas, las cuales también pueden atragantar a los niños.
Damián Montero
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