El niño tose y las alarmas se despiertan en casa. El primer pensamiento es acudir al médico para que recomiende algún tratamiento que ponga fin a esta eventualidad. Sin embargo en ocasiones es recomendable no tratar esta tos ya que puede ayudar a prevenir afecciones más grave. Así lo indica la Asociación Española de Pediatría, que afirma que, en determinados casos es mejor no dar ninguna medicina a los niños y dejar que el organismo realice esta actividad de defensa.
Qué es la tos y cuántos tipos existen
Los pediatras señalan que la tos no deja de ser un mecanismo de defensa del organismo mediante el cual limpia las secreciones que se encuentran en el aparato respiratorio y que dificultan esta actividad. En algunos casos también ayuda a expulsar algún objeto extraño que se haya tragado. En definitiva, se trata de un acto reflejo de nuestro sistema nervioso, aunque también es posible que sea provocada voluntariamente.
Existen varios tipos de tos que pueden indicar a los padres si se trata de una secreción o hay algo más detrás de ella, como por ejemplo una infección:
– Tos seca. Se trata de aquella que no expulsa secreciones y que llega a ser molesta y poco eficaz. Se produce inflamación de las vías respiratorias y suele indicar que el niño está en el inicio de un resfriado. También se produce cuando el menor se atraganta. En caso de persistir se podría estar ante un caso de asma.
– Tos ronda o perruna. Se relaciona con los casos de laringitis, un tipo de resfriado que afecta a la parte baja de la garganta en donde se sitúan las cuerdas vocales. Normalmente está acompañada de ronquera o afonía e incluso, a veces, de un ruido áspero característico al coger aire, que se llama estridor inspiratorio que indica que está el estrechamiento del paso de aire.
– Tos blanda. Esta es la tos que sirve para expulsar las flemas, que habitualmente son tragadas por el niño posteriormente. En este punto las secreciones pueden vomitarse o digerirse. Suele presentarse en periodos de hasta 3 semanas y no suele asociarse a ninguna dificultad para respirar. Los pediatras explican que es la más habitual en los catarros normales de los niños pequeños y puede considerarse como «tos buena» ya que ayuda a la curación.
– Ataque de tos. Se produce cuando el niño se ha tragado algún cuerpo extraño como una pieza pequeña de un juguete, un trozo demasiado grande de comida o algún fruto seco, los cuales se deben evitar en menores de cinco años.
Cuándo se debe tratar la tos de los niños
En los casos de tos blanda, aquella que ayuda a expulsar las flemas, los pediatras no ven necesario dar al niño ningún medicamento que corte este proceso. En todo caso se recomienda dar un tratamiento para paliar los síntomas del resfriado que todavía puedan afectar al niño.
No obstante en casos como los de asma, tos seca, o tos ronca sí que se recomienda dar al niño algún tipo de medicamento que ayude a reducir la inflamación de los bronquios y disminuir esta actividad que dificulta su respiración. La miel también puede ser de gran ayuda en el caso de la tos seca.
En cualquier caso debe ser el pediatra el que decida si es pertinente o no iniciar un tratamiento contra la tos. Estas son las situaciones en las que especialmente deben acudirse a pedir opinión a un especialista:
– Tos que dificulte la respiración de los niños.
– Sonido que se produce al coger aire, especialmente si se produce fatiga o cuando aparezca en un bebé.
– Sospecha que la tos la está provocando la entrada de algún cuerpo extraño.
– Tos que dura más de tres semanas-Tos acompañada de fiebre prolongada.
Damián Montero
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