Los celíacos presentan una intolerancia permanente al gluten. Se trata de una proteína y más en concreto una fracción del mismo gluten llamada gliadina que está presente en el trigo, el centeno, la cebada y la avena. El gluten causa un daño en la mucosa intestinal y provoca que el intestino pierda sus vellosidades y, por lo tanto, no sea capaz de absorber los nutrientes.
La crisis celíaca generalmente ocurre en niños menores de 2 años y es más frecuente en mujeres. El factor genético desempeña un papel importante en la predisposición de sufrir esta patología. En nuestro país existen actualmente unos 20.000 celíacos diagnosticados y muchos otros que desconocen que padecen esta enfermedad.
Uno de los mayores problemas de esta afección es que, aunque el gluten no sea una proteína muy conocida, está presente en muchísimos alimentos y, lo que es peor, de consumo muy habitual. Entre estos alimentos se encuentran el pan, las galletas o la cerveza.
La dolencia se presenta tanto en niños como en adultos, y en estos últimos cada vez es más habitual. En los bebés, puede aparecer pocos meses después de empezar a consumir alimentos que contengan esta proteína.
Síntomas de la intolerancia al gluten
En los más pequeños, la sintomatología pasa por problemas gástricos frecuentes (vómitos), así como por su falta de recuperación. También es frecuente que sufran inflamación abdominal, diarrea, anemia y pérdida de peso. Cuando se da en personas de más edad padecen de fatiga, depresión, malestar general, úlceras bucales, dermatitis e incluso infertilidad.
Artículo relacionado:
– La celiaquía y su relación con las neuronas y el sistema nervioso
Detección y diagnóstico: ¿será celíaco?
La celiaquía no siempre se manifiesta en toda su plenitud. A veces, en los niños se descubre porque simplemente no crecen al ritmo que el resto de los de su edad. En los adultos, se puede manifestar con episodios diarréicos frecuentes durante años. Muchas veces, éstos son los únicos síntomas que presenta la enfermedad.
El diagnóstico se obtiene a través de una biopsia, en la que se toma una muestra del intestino delgado. Una vez examinada, y en caso de dar positivo, el paciente debe someterse a una estricta dieta sin gluten. Un tiempo después, la biopsia debe repetirse para comprobar que las vellosidades se han recuperado. Si es así, el diagnóstico queda confirmado. Entonces, el enfermo debe someterse a una dieta sin gluten a lo largo de toda su vida.
Una dieta sin gluten: el tratamiento
El único tratamiento de la enfermedad celíaca es el dietético: es necesario eliminar por completo de la alimentación la gliadina, y por tanto, todos los cereales que contienen gluten: trigo, avena, cebada y centeno. Pero se pueden consumir maíz, tapioca, arroz y soja.
El celíaco puede tomar todo tipo de alimentos naturales que no contengan gluten y es necesario fomentar el consumo de este tipo de alimentos reservando el consumo de productos manufacturados denominados «sin gluten» para casos o situaciones concretas.
Según la doctora Azcona, especialista en Pediatría General y Endocrinología Pediátrica de la Clínica Universitaria de Navarra, «la dieta debe constar de una fase inicial de recuperación ya que el niño inicialmente puede estar malnutrido y con numerosos trastornos digestivos».
Por otra parte, la dieta debe compensar los déficits alimentarios debido a la exclusión de muchos alimentos que contienen gluten. Es necesario administrar suplementos de hierro, fósforo y calcio. También administrar suplementos vitamínicos de ácido fólico y vitamina B12 en los niños que se detectan deficiencias de estas sustancias.Esta dieta exenta de gluten no cura la enfermedad, pero la controla, de modo que se consigue la completa normalización clínica del enfermo y evita complicaciones a corto, medio y largo plazo.
Sugerencias para los padres de niños celíacos
1. Cocinar para toda la familia al menos siempre que se pueda, recetas sin gluten. Esto evitará que el niño se sienta «diferente» en su propia casa.
2. No discutir la dieta del niño o sus síntomas en su presencia y pedir cooperación a familiares y amigos.
3. Evitar que el niño se compadezca de sí mismo.
4. No obsesionarse con cualquier trastorno digestivo.
5. La introducción progresiva de alimentos sin gluten como pan, galletas, dulces… debe ser lenta ya que si introducimos varios alimentos a la vez el niño puede desconcertarse.
6. Durante la edad escolar del niño es importante informar bien a los profesores sobre la enfermedad e incluso facilitar una lista de alimentos. Un niño celíaco puede participar en cualquier actividad del colegio, así como excursiones, siempre que comprenda y actúe de acuerdo con su dieta.
El alto coste de los productos sin gluten
La dieta es el único tratamiento de esta enfermedad y es por ello que el paciente celíaco necesita de una serie de productos sin gluten que tienen un elevado coste. Actualmente en nuestro país, las familias no reciben ayudas para la adquisición de tales productos.
La Federación de Asociaciones de Celíacos de España (FACE) está solicitando que los fabricantes detallen la composición de los productos en el etiquetado y concretamente si llevan gluten. De igual forma demandan a las Administraciones que se establezca una ayuda al celíaco para la compra de productos sin gluten, como ya ocurre en algunos países europeos.
Los productos sin gluten son mucho más caros que los que llevan gluten, y así un kilogramo de galletas con gluten cuesta 1,08 euros, mientras que las galletas sin gluten ascienden a 22,99 euros; y un kilo de harina con gluten son 0,45 euros, frente a los 7,51 euros que cuesta un kilo sin gluten. Estos productos se pueden adquirir en tiendas especializadas, herbolarios y algunas grandes superficies.
Últimos avances médicos para la celiaquía
Se están consiguiendo importantes avances en este campo. Se está mejorando la técnica de detección del gluten en los alimentos así como en el posible tratamiento con fármacos inmunomoduladores con efecto antinflamatorio sobre la mucosa intestinal.
También se está estudiando un péptido (molécula que forma parte de la compleja proteína del gluten, y que no se degrada durante la digestión normal) responsable de la intolerancia al gluten, que podría ser controlado mediante enzimas bacterianas.
De confirmarse ese descubrimiento, los efectos nocivos que ocasiona el gluten podrían controlarse por medio de una estrategia terapéutica basada en una enzima bacteriana que destruya la molécula que daña el tracto digestivo.
Macarena Funes
Nota: para cualquier información sobre aditivos, conservantes y medicamentos que puedan contener gluten se recomienda consultar la web: www.celiacos.org
Te puede interesar:
– 10 consejos de la AEP para celiacos por sorpresa
– Desarrollan una nueva técnica no invasiva para detectar la celiaquía en niños