La actividad física es sinónimo de una vida saludable. Incluso en los primeros años de vida se hace necesario que el ejercicio esté incluido entre las rutinas de los hijos. De hecho, los padres tienen un papel muy importante a la hora de inculcar este valor a través de la educación, por ello desde la Asociación Española de Pediatría se anima a trabajar en este sentido y ofrecen diversos consejos.
Y es que, tal y como destacan los pediatras, la actividad física es fundamental en todas las edades y por este motivo debe incorporarse a la vida cotidiana desde la infancia con el fin de garantizar un estilo de vida saludable. De esta manera, ofrecen varios consejos y ejemplos de diversos ejercicios con los que hacer que del ejercicio un elemento más en el día a día de los más pequeños.
Actividad aeróbica moderada
Este tipo de actividad física es aquella en la que se requiere un esfuerzo moderado donde aumenta la sensación de calor y se inicia una ligera sudoración y el ritmo de la respiración, así como de los latidos del corazón. Se tratan de ejercicios que no tienen un ritmo competitivo.
– De 5 a 10 años: ocio activo, senderismo, montar en bicicleta o monopatín, caminar a paso ligero, patinar, bailar, correr, brincar, saltar a la comba, nadar.
– De 11 a 17 años: ocio activo, piragüismo, senderismo, patinaje, caminar a paso ligero, montar en bicicleta, tareas del hogar o del jardín como barrer, ejercicios de carrera a un ritmo suave.
Actividad aeróbica vigorosa
En este caso estamos ante actividades físicas que requieren de un mayor esfuerzo. La respiración puede verse dificultada, por lo que habrá que parar en ciertos intervalos para recuperar el aliento.
– De 5 a 10 años: juegos de persecución activos, montar en bicicleta, saltar a la cuerda, artes marciales como el karate, deportes como el fútbol, baloncesto, natación, o el tenis
– De 11 a 17 años: juegos activos que implican correr y perseguir, montar en bicicleta, saltar la cuerda, artes marciales como el karate, deportes como el fútbol, baloncesto, natación, tenis, o el balonmano, otro buen ejemplo son las clases de baile.
Actividades de fortalecimiento muscular
Este apartado se refiere a aquellas actividades de fuerza que producen contracciones musculares, así como rutinas de resistencia donde se mantengan estas contracciones.
– De 5 a 10 años: juegos como tirar de la cuerda, columpiarse, balancearse en las barras del parque, juegos de tocar, empujar, tirar, mover, arrastrar, rodar, construir, trepar, jugar a la carretilla o a llevar a alguien a caballito. Deportes como fútbol, voleibol, tenis o baloncesto. Tablas de ejercicios que incluyan flexiones, abdominales, volteretas adelante y atrás, giros y rodamientos.
– De 11 a 17 años: ejercicios de fuerza utilizando el propio peso corporal como flexiones, dominadas, abdominales o sentadillas. Reptar, trepar en cuerdas, redes o escalas. Ejercicios de resistencia con bandas elásticas, máquinas de pesas, mancuernas. Actividades gimnásticas y deportes como natación, fútbol baloncesto, o balonmano.
Actividades de fortalecimiento óseo
Dichas actividades generalmente tienen un impacto osteomuscular que produce una fuerza sobre los huesos, promoviendo el crecimiento de los huesos y su fortalecimiento.
– De 5 a 10 años: juegos populares como la rayuela o saltar a la comba, lanzamientos de distintas formas de balones ligeros, bote de balón. Práctica de deportes como gimnasia, baloncesto, artes marciales o tenis. Actividades de baile o aerobic.
– De 11 a 17 años: actividades que incluyan todo tipo de saltos, abdominales, trepar, lanzamientos de balones. Deportes como baloncesto, voleibol, tenis, artes marciales. Baile y aerobic también son dos opciones muy recomendables en este sentido.
Damián Montero
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