«¿Qué tal has dormido, hijo?», «Uf, fatal, me costó una barbaridad dormirme y no he descansado nada». ¿Has oído alguna vez esta conversación en casa? ¿Se repite durante varios días? Quizás es hora de comenzar a vigilar lo que lo que se bebe en las cenas o en los momentos antes de irse a dormir.
Así lo sugiere un estudio realizado por la Universidad de California en San Francisco que afirma que las personas que tienen dificultades a la hora de conciliar el sueño o que no son capaces de descansar durante la noche, suelen ser más propensas a la ingesta de bebidas azucaradas durante las cenas.
El consumo de azúcar relacionado con problemas de sueño
Los investigadores analizaron un total de 19.000 casos de adultos para vigilar sus hábitos de sueño y su relación con la toma de bebidas con un componente estimulando como es el azúcar. Los datos desvelaron que aquellos casos en donde los pacientes dormían cinco o menos horas había una 21% más de presencia de estos productos en la dieta nocturna que en aquellos casos donde se descansaba durante ocho horas.
Del mismo modo, los pacientes que dormían regularmente seis o menos horas consumían un 11% más que aquellos conciliaban el sueño durante ocho o más horas. Una toma de bebidas azucaradas que se produce durante la cena o antes de irse a la cama, haciendo que el cuerpo se active y sea más difícil descansar a lo largo de la noche.
Las bebidas azucaradas y el descanso nocturno
Los investigadores también se encontraron con otra pregunta en la elaboración de este estudio. ¿Pudiera ser que las personas que duermen menos estén más predispuestas a tomar más bebidas azucaradas? Así lo indicaron los responsables de este trabajo que también valoran la posibilidad de que sea la falta de sueño la que predispone a que estas personas tomen estos productos.
También existe la posibilidad de que se cree un círculo iniciado en la toma de estas bebidas, las cuales reducen el sueño y esto a su vez causa una nueva ingesta de azúcar. «Creemos que podría haber un bucle positivo de retroalimentación en el que las bebidas azucaradas y la pérdida de sueño se refuerzan entre sí, lo que hace que sea más difícil para las personas eliminar su hábito malsano de consumo de azúcar», afirma el autor principal, Aric Prather, profesor asistente de psiquiatría en la Universidad de California. «Estos datos sugieren que mejorar el sueño de las personas quizá podría ayudar a romper el bucle y reducir su ingesta de azúcar, que sabemos que está asociada con la enfermedad metabólica», añadió Prather.
Azúcar y salud
El exceso de azúcar no solo afecta a los niveles de sueño. La ingesta de estos productos también tiene efectos negativos en otros aspectos de la salud. Así lo indica la Asociación Americana del Corazón, organismo que alerta de que este exceso de este ingrediente puede causar graves problemas. Por ejemplo el incremento de probabilidades de desarrollar una enfermedad cardiovascular. Esta entidad también avisa sobre los problemas de obesidad y el creciente diagnóstico de diabetes de tipo 2 entre niños y adolescentes con sobrepeso.
Algunas comidas y bebidas contienen azúcar de forma natural, pero generalmente también se les añade azúcares, que se introducen durante el procesamiento o fabricación. Por este motivo, conviene leer muy bien las etiquetas de los productos que compramos para identificar la cantidad de azúcar que contienen. Otros nombres que puede recibir el azúcar en los alimentos que compramos son: jarabe de maíz, de malta fructosa, concentrado de zumo de fruta, sacarosa, glucosa, dextrosa, jugo de caña, malta, melazas, lactosa, miel, etilmaltol y maltodextrina.
Damián Montero
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