Dormir es tan importante como comer. Después de todo un día repleto de actividades la cama se presenta como el lugar donde reposar y recargar las pilas para afrontar una nueva jornada. Sin embargo, el descanso no siempre hace acto de presencia y aparecen algunos problemas que impiden volver a coger fuerzas.
Según el Ministerio de Sanidad la duración del sueño nocturno varía en función de la edad, estado de salud, estado emocional y otros factores. De esta forma, cada niño es único y cuenta con sus propias y determinadas necesidades de sueño. Cada hijo es un mundo, y puede presentar distintos problemas en función de sus características, aprender a reconocerlos es fundamental.
Síntomas de problemas de sueño
¿Cómo saber si el hijo tiene problemas de sueño? Estos son algunos síntomas que dan pistas sobre la presencia de estos trastornos:
– Durante el día:
Mal rendimiento escolar.
Está más activo de la cuenta.
Agresividad, irritabilidad, problemas de comportamiento.
Accidentes frecuentes.
Dolores de cabeza por la mañana.
– Durante la noche:
Despertares frecuentes.
Tarda más de media hora en dormirse.
Dificultad para despertarse por las mañanas.
Está demasiado irritado cuando se despierta.
Prevención de los problemas de sueño
Prevenir los problemas de sueño es muy importante. Estos son algunos consejos para ellos:
– Hay que tener en cuenta que cada niño es diferente. Los patrones de sueño de su hijo pueden ser diferentes a los del hijo de sus amigos o incluso a los de sus otros hijos.
– Es conveniente que construya sus rutinas y horarios en función de las necesidades y ritmos propios de su hijo. Sólo cuando se haya familiarizado con esos patrones propios de su hijo, podrá empezar a establecer unos ritmos y rutinas acordes con las necesidades familiares.
– Ser realista en cuanto a objetivos y expectativas. La forma en la que su hijo duerme irá cambiando con su edad y proceso de maduración.
Damián Montero
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