Las vacaciones no son una época exenta de problemas. En este tramo del año muchos son los riesgos a los que se enfrentan todos los miembros de la familia, por supuesto, los niños no son una excepción y también pueden ser afectados por los mismos. Como siempre, la prevención es la mejor medicina al evitar estas situaciones y todos los efectos que provocan.
Conocer las situaciones en las que se provocan estos problemas de salud ayudará a mantener la prevención de las mismas. Desde extremar el cuidado en las piscinas hasta vigilar los alimentos frescos en posible mal estado. Con tan solo un poco de vigilancia con aquello que se hace en casa se conseguirá pasar un verano muy tranquilo, al menos en el terreno de la salud.
En la piscina
La piscina es uno de los destinos más visitados durante el verano. En estos momentos hay que extremar la precaución de distintas maneras. El primer paso debe ser cuidarse de las quemaduras del sol y para ello nada mejor que una crema protectora de un factor adecuado a la piel de los más pequeños. Hay que recordar aplicar nuevas capas con el paso del tiempo.
También hay que extremar el cuidado con las infecciones. Hay que recordar que salvo en el momento en el que se introducen en el agua, los más pequeños deben portar chanclas para evitar el contagio de hongos, en especial en las duchas previas a la inmersión dentro de la piscina.
Una vez que los niños ya se hayan introducido en el agua, hay que cuidarse de la otitis. Esta infección es propia de los niños que pasan mucho tiempo en el agua. Tras salir de la piscina hay que secar con ímpetu los oídos y ayudar a que se drene el líquido en esta zona del cuerpo de los más pequeños.
Por último, si los padres eligen llevar su propia comida desde casa tendrán que extremar las precauciones sobe el estado de los alimentos y que estos queden refrigerados. En el caso de que se opte por almorzar en el recinto, habrá que revisar el estado de los platos que se pongan sobre la mesa. De esta forma se evitará la gastroenteritis y otros problemas estomacales.
En la playa
Al igual que en la piscina habrá que tener en cuenta la protección solar y la sequedad de los oídos para la prevención de la otitis. La revisión de los alimentos, tanto los que se portan como los que se adquieren en un establecimiento de restauración, será primordial si se quiere mantener alejados los problemas estomacales.
Además, en este entorno también hay que recordar los avisos que llegan junto a las banderas. Si hay advertencia por la presencia de medusas, el baño debe estar totalmente prohibido para que la piel de los más pequeños no entren en contacto con las toxinas que producen estos vecinos tan molestos durante el verano.
También se recomienda revisar el estado de la zona donde se va a establecer la familia para que la presencia de objetos punzantes pueda causar alguna herida en los más pequeños. La presencia de agua en el equipaje debe estar asegurada para evitar la deshidratación.
Con el fin de evitar insolaciones, se recomienda que en caso de paseo por la orilla, los niños lleven gorras para que la incidencia de los rayos de Sol en sus cabezas sea menor. Estas caminatas deben estar restringidas durante las horas de mayor incidencia del astro rey.
Damián Montero
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