Mantenerse en forma es una de las obligaciones que toda persona debe asumir, incluso los más pequeños de la casa. Para ello existen múltiples opciones: pasear, clases de baile o la práctica de algún deporte como el fútbol. Estas últimas actividades pueden hacer que el niño se enfrente a posibles lesiones si no se tiene un mínimo de cuidado.
Para prevenir estos disgustos es importante establecer unas normas básicas a la hora de practicar este deporte. Desde un equipo seguro y sin taras, hasta el respeto de un reglamento para que durante el juego no se produzca ninguna lesión por alguna acción indebida.
Las lesiones más comunes del fútbol
Como se ha dicho de la práctica del fútbol se pueden derivar algunas lesiones. Estas se pueden producir de distintas formas, desde el choque con otros jugadores o con las porterías, hasta problemas musculares derivados de un mal calentamiento. Aunque normalmente estos problemas no suelen ser muy graves, hay algunas que pueden afectar seriamente a la salud del niño:
– Lesiones en tobillos y rodillas. Las más habituales en niños suelen ser las de tobillo, mientras que las lesiones de rodilla, en concreto el desgarro del ligamento cruzado anterior, son más comunes en las chicas. Se relacionan con un giro rápido y fuerte.
– Dolor de talón. Suele ocurrir cuando se irrita la placa de crecimiento del hueso del talón.
– Lesiones en la cabeza. Lesiones muy peligrosas y relacionadas con el fútbol. Se pueden producir tras chocar contra otro jugador o contra el poste, provocan la pérdida de conciencia en los jugadores.
– Lesiones en la boca, la cara y los dientes. El fútbol es una causa común de esas lesiones.
– Lesiones en los ojos. Aunque son de las menos comunes, pueden provocar daño en el globo ocular o en la cuenca del ojo.
Fútbol: prevención de lesiones
Una vez que se ha visto el peligro que puede tener el fútbol, se debe tener cuidado a la hora de jugar a este deporte. Estas son algunas de las recomendaciones que hay que aplicar a la hora de esta práctica:
– Usar calzado específico para el fútbol con suficiente soporte para el talón y el arco, y agarre.
– Jugar con balones de fútbol que sean resistentes al agua, con un tamaño adecuado para la edad del grupo, y que estén debidamente inflados.
– Acudir a los entrenamientos para garantizar una buena condición física de cara a los partidos.
– Recordar a los jugadores la necesidad de respetar el reglamento y evitar conductas agresivas. No hay enemigos, si rivales durante 90 minutos a los que hay que ganar con juego limpio.
– Velar por un buen estado del campo donde se juegue: nada de huecos ni elementos peligrosos como piedras.
– Vigilar que la portería esté bien sujeta al suelo. Recordar a los niños que esta zona no es un juguete y que no se deben enganchar a ella.
Damián Montero
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