Están ahí abajo, al final de las piernas. A menudo se les atiene poco, pero cuando se les echa un vistazo pueden reconocerse algunos detalles que despierten las alarmas. Hablamos de los pies, la base sobre la que se asienta el cuerpo y que merece una mayor atención dada la importancia que tiene para el buen desarrollo de toda persona.
Pero, ¿cómo saber que todo marcha bien? ¿Cómo reconocer los problemas reales? Desde la Asociación Española de Pediatría, AEP, se brindan algunos consejos para saber qué es lo normal y qué se sale de la senda de lo correcto. La postura de esta zona del cuerpo, puede ser una buena pista.
Dentro de lo normal
Como se ha dicho, la postura es un indicativo del desarrollo correcto de los más pequeños y de estas extremidades. Por ejemplo, caminar con los pies hacia adentro. Sin embargo, tal y como revelan desde AEP, esto es totalmente normal en el desarrollo de los más pequeños.
Esta agrupación de profesionales de salud infantil explica que caminar con las puntas de los pies hacia adentro o hacia afuera es algo frecuente en los niños y forma parte del desarrollo normal. A menudo, los padres creen que no es normal y «perciben» que los médicos no le dan la importancia necesaria. Es uno de los motivos más frecuentes de consulta en ortopedia infantil, aunque en la mayoría de los casos no precisa ningún tratamiento.
Los pediatras recomiendan calmar y simplemente observar mientras se va corrigiendo espontáneamente. Entre los motivos que explican esta situación destacan las siguientes:
– Caderas (anteversión femoral): la anteversión femoral es la causa más frecuente de que los niños caminen con los pies hacia adentro entre los tres y los ocho años. Se debe a una rotación de la parte superior del fémur y forma parte del desarrollo normal de la cadera. Muchas veces se acentúa cuando los niños se sientan con las piernas en «W» o de rodillas o bien por dormir boca abajo. Es muy raro que precise tratamiento médico. Antiguamente se utilizaban soportes en los pies, plantillas o zapatos especiales, sin embargo, estudios recientes han demostrado que no son efectivos. El caminar con el pie hacia adentro se corrige con el tiempo aunque no siempre se resuelve por completo. No está asociado con ningún problema en la edad adulta.
– Tibia (torsión tibial): la torsión tibial es la causa más frecuente de que los niños que están comenzando a caminar, entre los 18 y 40 meses, lo hagan con los pies hacia adentro. La tibia se encuentra levemente girada hacia adentro, como parte de su proceso normal de desarrollo, lo que causa que metan el pie al caminar.
– Pies (metatarso aducto): se produce desde el nacimiento hasta los dos años de edad. El pie está girado y tiene forma «arriñonada». Si el pie es flexible y se puede manipular con suavidad hasta conseguir una posición correcta, no precisa tratamiento. Si el pie es rígido, su médico le recomendará estiramientos y en ocasiones el uso de alguna ortesis.
Damián Montero
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