Cuando se tiene sed se bebe agua, cuando se tiene hambre se come y cuando alguien siente el estómago en mal estado suele recorrer al omeprazol. Sin embargo, en estos tres casos existe algo claro: abusar de estos productos tiene consecuencias negativas lejanas a las que en un principio se buscaban. Y en España parece que este medicamento se está consumiendo más de la cuenta.
Esto es lo que advierte la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria. Este organismo explica que se ha advertido un crecimiento en la ingesta de omeprazol, tanto en aquellas personas que lo adquieren con prescripción médica como aquellos lo compraron de forma libre.
Gran aumento en 8 años
Los datos recogidos por el Ministerio de Sanidad durante 8 años demostraron en 2009 que en unos 8 años el consumo de omeprazol se había disparado en un 200%. Como se ha dicho al principio, el abuso de este producto puede tener consecuencias negativas para la salud. Como cualquier otro medicamento, este tiene unas características y efectos sobre el cuerpo.
Por este motivo debería ser siempre un médico quien decida si es necesario o no tomar omeprazol. Será el historial del paciente el que determine esto y bajo ningún concepto se recomienda consumirlo por cuenta propia. La Asociación Española del Medicamento recomienda tomar este medicamento en los siguientes casos:
– Enfermedad del reflujo gastroesofágico. Es decir, aquellas en las que el ácido estomacal del esófago al estómago.
– Úlceras en la parte alta del intestino o en el estómago.
– Úlceras afectadas por el virus Helicobacter pylor. En estos casos también se recomienda la toma de antibióticos prescritos por el médico.
– Úlceras provocadas por medicamentos.
– Exceso de ácido causado tumores como el de páncreas.
Señales que hay que cuidar
Los especialistas también recuerdan que el omeprazol no es un medicamento que sirva para recudir la acidez provocada por una comida copiosa o por una sensación de acidez ocasional. También se recomienda dejar de tomar este producto si se advierten cualquiera de estas señales:
– Silbidos repentinos al respirar (sibilancias repentinas), hinchazón de los labios, la lengua y la garganta o del cuerpo, erupción en la piel, desmayo o dificultades al tragar (reacción alérgica grave).
– Enrojecimiento de la piel con formación de ampollas o descamación. También podrían aparecer ampollas intensas y sangrado en los labios, los ojos, la boca, la nariz y los genitales. Podría tratarse de «síndrome de Stevens Johnson» o «necrólisis epidérmica tóxica».
– Coloración amarilla de la piel, orina oscura y cansancio, que pueden ser síntomas de problemas del hígado.
– Efectos en el estómago o el intestino: diarrea, dolor de estómago, estreñimiento y gases (flatulencia).
– Náuseas o vómitos.
Damián Montero
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