El estado de salud de los más pequeños es una preocupación de todo padre. La prevención de cualquier problema es una misión de los progenitores, para ello se esmeran en distintos aspectos, desde cuidar la alimentación de sus hijos hasta evitar la exposición a agentes que puedan hacerlos enfermar.
Pasar tiempo al aire libre es una excelente decisión a la hora de mantener lejos problemas como el sobrepeso o dolor en las articulaciones. Si estos no fueran suficientes motivos, desde el Centro oftálmico Zhongshan de Guangzhou se ofrece uno más: mantener a raya la miopía. Una recomendación realizada a partir de un ensayo publicado en la revista JAMA.
Cuarenta minutos fuera
Un total de 1.903 alumnos de 12 escuelas con valores de agudeza visual no corregida en sus estudiantes fueron la muestra de estudio. Los estudiantes de algunos de estos centros intervención en una clase obligatoria al aire libre de cuarenta minutos al final de cada jornada escolar. Al mismo tiempo se aconsejó a los padres que también aumentaran la actividad en exteriores fuera del horario académico.
De los 1.903 niños y niñas inscritos, 1.579 se sometieron a una evaluación de resultados tras tres años. Al inicio de la investigación, al menos el 2% de los niños de cada grupo tenían miopía. Al concluir este trabajo, la prevalencia de miopía fue menor en el grupo que había participado en actividades al aire libre.
En concreto, el 30,4% de los niños que habían realizado actividades al aire libre presentaron estos problemas frente al 39,5% del otro grupo, informan los autores. Aunque la reducción es inferior al 50%, porcentaje que habían teorizado los investigadores, se trata de un resultado importante. «Los niños pequeños que desarrollan miopía de manera anticipada presentan más probabilidades de evolucionar hacia una miopía alta (6 o más dioptrías), lo que aumenta el riesgo de miopía patológica», explican los autores.
Tratamiento de la miopía
Si bien los resultados de esta investigación abren una nueva vía en la prevención de la miopía, a día de hoy no existe una fórmula eficiente de mantener alejado este problema. Lo mejor en los casos en donde se detecta esta situación es la de iniciar un buen tratamiento como el que ofrece la Academia American de Oftalmología.
El tratamiento más habitual es el uso de gafas o lentes de contacto para la corrección de los síntomas de la miopía. Este mecanismo ayuda a la reorientación de los rayos de luz sobre la retina, compensando la forma de su ojo. También pueden ayudar a proteger sus ojos de los perjudiciales rayos ultravioleta (UV). Un revestimiento para lentes que repele los rayos ultravioleta está disponible.
En muchos casos, las personas pueden optar por corregir la miopía con una intervención quirúrgica. Estas cirugías se utilizan para corregir o mejorar su visión mediante la remodelación de la córnea, o la superficie frontal del ojo, ajustando efectivamente la capacidad de enfoque del ojo.
Damián Montero
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