A quién no le gusta dormir bien. Después de una jornada de trabajo y esfuerzos, un merecido descanso espera en la cama para recargar las pilas. Por este motivo buscar la calidad del sueño se convierte en un deseo muy habitual entre las personas. Ahora un grupo de investigadores han descubierto una nueva forma de conseguirlo: pasar tiempo al aire libre.
Adaptación a los ciclos de luz
El estudio llevado a cabo por la Universidad de Colorado siguió de cerca la calidad del sueño de un grupo de personas que había acudido a una acampada. Tras una semana al aire libre, sus cuerpos descansaban mejor por la noche y no tenían problema a la hora de quedarse dormidos. Además las muestras de saliva presentaban mayores niveles de melatonina, «hormona del sueño».
Los niveles de melatonina comenzaban a aumentar más o menos con la puesta del sol, y la «noche biológica» de los campistas comenzaba dos horas antes. ¿La explicación? Sus organismos habían conseguido acostumbrarse a los ciclos de luz.
Al estar al aire libre su cuerpo se había adaptado a trabajar con luz y a descansar cuando esta se iba. Algo que no se puede hacer en casa ya que la iluminación artificial provoca que el cuerpo siempre esté activo y no encuentre el momento para relajarse y propiciar el buen descanso.
Los investigadores señalan que el estilo de vida actual influye en nuestra calidad de sueño. Porque la iluminación artificial no sólo es la de lámparas, televisores y smartphones también son una fuente de luz que hace que el cuerpo se adapte a un ciclo que no es bueno para el descanso. Por este motivo los responsables de este estudio recomiendan pasar tiempo al aire libre.
De esta forma el cuerpo se acostumbrará a entrar en un estado de relajación por la noche, propiciando que tanto adultos como niños se marchen a la cama a una hora decente. Los investigadores recomiendan que después de la cena el organismo se exponga lo menos posible a la luz artificial para evitar que el organismo se active.
Beneficios de adaptar el reloj biológico
Los investigadores destacaron que el hecho de haber encontrado esta forma de adaptar el reloj biológico a los ciclos de luz tiene importantes beneficios para la salud. Aquellas personas que tardan más en encontrar el sueño tienen tasas más altas de obesidad, diabetes y depresión. También es más probable que la falta de descanso provoque fatiga durante la jornada de trabajo y sensación de somnolencia que desemboque en accidentes.
Al mismo tiempo los responsables de esta investigación explicaron que no sólo se debe dormir el tiempo recomendado por los especialistas, sino a las horas correctas. Modificar el horario y acostarse a altas horas de la noche no es algo que convenga para la salud. Por ello este equipo anima a las personas a salir al sol cuando puedan cada día, y minimizar la luz artificial.
Damián Montero
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