El frío y las lluvias multiplican los casos de otitis media en los niños debido al riesgo de catarros, una dolencia que es la causa más frecuente de visitas al otorrrinolanringólogo en bebés lactantes y niños menores de 5 años. Actualmente, el empleo excesivo de antibióticos ha provocado un aumento de las resistencias a los antimicrobianos que se emplean habitualmente.
Los bebés y los niños pequeños son más propensos que los adultos a sufrir otitis media aguda (OMA) debido a que su fisionomía es distinta a la de los adultos. De hecho, el 90% de la población infantil sufre al menos un episodio de otitis antes de los cinco años, según datos de la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC).
Y es que según explica el doctor Javier Cervera, miembro de la Comisión de Otorrinolaringología Pediátrica de la SEORL, «la otitis media aguda (OMA) es un proceso inflamatorio que afecta al oído medio, cuya causa más frecuente es la infección de la vía aérea superior». Es uno de los problemas más habituales porque de hecho, dos de cada tres niños presentan al menos un episodio de otitis media aguda antes de cumplir el año, según datos de la SEORL.
Esta alta incidencia de la otitis media en niños se debe a que «su trompa de Eustaquio es más ancha, más corta y más horizontal que en los adultos, por lo que su mecanismo de apertura es menos eficiente y facilita la llegada de gérmenes desde la nariz», explica el doctor. «El pico máximo se sitúa entre los 6 y 11 meses de edad y, después, entre los 4 y 5 años«, subraya.
La otitis y la pérdida de audición en niños
Un estudio publicado el pasado octubre en la revista European Journals of Pediatrics concluye que la otitis media infantil es la causa principal de pérdida auditiva en niños y esto confirma los miedos de los padres a la sordera con respecto a la otitis.
Entre un 10 y un 20% de los niños presenta episodios frecuentes de otitis media aguada OMA. Esta patología se convierte en recurrente (OMAR) cuando el menor desarrolla tres o más episodios en seis meses, o cinco o más en un año. «Este es un problema que suele preocupar mucho a los padres puesto que los que la sufren a edades muy tempranas suelen tener más predisposición a la recurrencia y, además, influyen otros factores como el sexo masculino, los hermanos con historial de OMAR, la lactancia artificial, el fracaso del tratamiento inicial, la enfermedad bilateral, ser fumador pasivo o la asistencia a las guarderías«, indica el doctor Cervera. Otra investigación publicada en The Journal of Pediatrics confirma la asociación entre la edad más temprana de una OMA y la OMA recurrente.
Antes de los tres años «el sistema inmunológico de defensas todavía no está desarrollado, por eso cuando van a guardería es común que se contagien los catarros de otros compañeros. En esta época es muy habitual que todos los que asisten a estos centros tengan síntomas de procesos infecciosos de vías altas, que es por donde empiezan las otitis medias agudas», apunta el doctor Cervera.
Así evoluciona la otitis media en los niños
Después de los primeros días de resfriado, destaca, «aparece dolor progresivo de oído que suele definirse como pulsátil porque son como latidos o pulsaciones. También hipoacusia y, con frecuencia, acúfenos, motivados por la presencia de líquido en la caja timpánica». Además, puede producir fiebre de hasta 40ºC y, si evoluciona, provoca una perforación de la membrana timpánica. «Es aquí cuando el oído supura y tiende a desaparecer tanto el dolor como la temperatura alta», afirma.
Las medidas de prevención de la OMA «están encaminadas por tanto al seguimiento de medidas higiénicas y ambientales que eviten las circunstancias que favorecen su aparición, como los catarros», expone el doctor Cervera. Además, existe la vacuna del neumococo y, en ciertos casos, añade, «es conveniente la administración de ciertos medicamentos».
Tratamiento excesivo de la otitis con antibióticos
La OMA es una enfermedad autolimitada, «lo que significa que tiene una curación espontánea en el 80% de los casos, por lo que la decisión de prescribir un antibiótico depende de una serie de factores», explica el doctor Cervera.
En el caso de los niños menores de dos años, «la curación espontánea es inferior, por lo que sí están indicados los antibióticos, que son más eficaces también en los lactantes, sobre todo si hay recaídas», señala. De hecho, un estudio reciente publicado en Plos One concluye que el tratamiento con antibióticos orales de un primer episodio durante la infancia no afecta en el número de recurrencias. Además, también están indicados cuando hay una OMA severa, en casos de mucho dolor o fiebre elevada y con complicaciones, como otorrea, mastoiditis.
Desde la SEORL, advierten de que el empleo excesivo de antibióticos ha provocado un aumento de las resistencias a los antimicrobianos empleados de manera habitual en el tratamiento de la otitis media.
La tendencia actual en el tratamiento de la OMA consiste en enfocarlo hacia un modelo de decisión consensuada con el paciente y su familia, lo que ha demostrado que disminuye la utilización de antibióticos e incrementa la satisfacción. Este modelo pretende, en los casos en los que no hay una indicación clara para el empleo de antibióticos, realizar un tratamiento sintomático junto a una observación de la evolución de la sintomatología. «Siempre explicando las ventajas e inconvenientes de esta opción terapéutica y ofreciendo la alternativa del tratamiento antibiótico», concluye el doctor Cervera.
Carlos Mateos / Rocío Jiménez. COM SALUD
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