Resfriados, tendinitis, varicela, son algunos de los términos clínicos que conocemos de toda la vida. Todavía recordamos aquellas enfermedades que ya son historia gracias a vacunas y al paso del tiempo. Muy distintas son aquellas que están surgiendo a causa de la revolución de nuestra era: las nuevas tecnologías.
El problema que reside en la mayoría de estas nuevas enfermedades es que, pueden llegar a ser tan cotidianas que no somos auténticamente conscientes del daño que causan.
¿Cuáles son las nuevas enfermedades digitales?
Enfermedades digitales musculares y articulares
La Whatsappitis, por ejemplo, es una de estas recientes enfermedades producidas por una lesión que aparece como consecuencia del uso abusivo del WhatsApp. El chateo continuo a través de este dispositivo afecta a los pulgares debido a un tecleo constante. Que el nombre no distraiga del diagnóstico, esta actividad frenética del smartphone provoca tenosinovitis, una inflamación del tendón y de la membrana sinovial que lo recubre.
Junto a esta, el síndrome del túnel carpiano es otra de las lesiones que aparece por el uso excesivo del ratón o una mala postura de la mano. De hecho, esta es la enfermedad más sufrida, ya que el nervio que va desde el antebrazo hasta la mano, se ve presionado o atrapado dentro de este túnel carpiano, al nivel de la muñeca, lo que causa entumecimiento, dolor, hormigueo y debilidad en la mano.
Pero no se trata solo de un daño colateral provocado por el ordenador, sino que la adicción a los dispositivos móviles obliga a que mantengamos el peso de estos en la mano. Es por esto que ya son mucho los jóvenes, a partir de los 25 años, que ya empiezan a padecer este síndrome que también se advierte cada vez más en adolescentes.
Asimismo, las malas posturas que adoptamos para usar el ordenador y la Tablet afectan a los músculos originando daños en la columna vertebral y dolores en el cuello. Estas posiciones en flexión continuadas pueden llegar a generar cierta tensión en los músculos con aumento de tono, llegando incluso en algunos casos a contracturarse la zona que engloba desde el cuello hasta la región dorsal.
Cabría la posibilidad de que esta se extendiese hasta la zona lumbar en aquellos casos en los que la mala postura se repita, por eso resulta tan importante disminuir el tiempo de uso de los dispositivos tecnológicos para descansar y relajar el cuello y la espalda.
Enfermedades digitales visuales y auditivas
Otras patologías emergentes son los daños oculares y de audición. Dejar los ojos expuestos de forma prolongada al brillo de las pantallas, ya sean grandes o pequeñas, puede ocasionar sequedad, tensión ocular, dolores de cabeza... Por eso se recomienda realizar pausas para que los ojos descansen y se relajen de forzar tanto la mirada.
En cuanto a la audición, escuchar música con el volumen al máximo supone uno de los mayores riesgos en esta área. La OMS ya ha advertido que muchos reproductores de música aumentan el peligro de perder la audición, señalando concretamente que los jóvenes entre 12 y 35 años de países con ingresos medianos y altos están expuestos a esta realidad. Es por esto que se clasifica como el principal problema la hipoacusia o sordera, los problemas en el sentido del equilibrio y náuseas o vómitos a corto plazo.
Enfermedades digitales endocrinas
El sobrepeso y la obesidad también pueden considerase consecuencias de las nuevas tecnologías en determinados casos. El sedentarismo procedente del prolongado uso de los dispositivos, puede provocar el aumento desproporcionado de peso que derive en otras enfermedades del sistema circulatorio, diabetes, etc.
La obesidad digital, término acuciado por Daniel Sieberg, director de relaciones institucionales de Google, se define como «la conectividad compulsiva a la red y a sus servicios en todo momento». Propicia muchas enfermedades derivadas de las nuevas tecnologías, como es el caso de la obesidad física y del insomnio.
Abusar de nuestros smartphones y tablets puede llegar a producir una alteración en el sueño, ya que resulta frecuente que estos lleguen a acompañarnos en la cama. Todavía no se le considera un trastorno como tal, pero cada vez afecta más debido al mal uso de los dispositivos.
La exposición a la luz de las pantallas, que hemos comentando que afecta de igual forma a nuestra vista, suprime la liberación de melatonina. Esta hormona es la que, precisamente, fomenta el sueño, por lo que podemos llegar a padecer cambios en el ritmo cardiaco que nos dificulten conciliar el sueño. El mal hábito puede refrenarse apartando los dispositivos un rato antes de acostarnos, ya que la utilización de estos consigue que nos activemos de tal forma que no nos resulte fácil descansar.
Mejora tu salud digital
Guillermo Cánovas, director de EducaLike, asegura que la salud digital implica trabajar con aspectos muy variados que van, desde la relación física con la tecnología, hasta todo el tema de exceso de información, lo que llamamos la infoxicación y el trabajo sobre los contenidos».
Es decir, no hay que pasar por alto la necesidad de enseñar a las nuevas generaciones la importancia de aprender a manejar la tecnología, cómo sujetar correctamente el móvil o la Tablet, cómo trabajar frente a un ordenador para no acabar sufriendo ningún tipo de lesión con los años…
Y por supuesto a identificar contenidos, ya que ganaremos en salud visual y muscular si sabemos encontrar información en 10 minutos en lugar de 2 horas, lo que supondrá que estemos menos tiempo expuestos a las pantallas.
Ana Cemborain
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