El signo más visible de la varicela es una erupción que se desarrolla en la cabeza y el cuerpo del niño, y que se extiende a la cara, brazos, piernas, genitales e incluso aparecen lesiones en la boca, en un período de 3 a 4 días. El exantema de la varicela es muy pruriginoso, es decir, pica mucho. Esta erupción forma de 250 a 500 pequeñas ampollas, que se rompen liberando un líquido claro muy contagioso, que se secan hasta formar costras en un lapso de 2 a 4 días.
Los niños en edad escolar, por lo general presentan fiebre leve, uno o dos días antes de que aparezca la erupción. Otros síntomas de la varicela son escalofríos, pérdida de apetito, mareos, náuseas, vómitos y dolor de cabeza.
Varicela, tratamiento para niños
Hoy por hoy, para la varicela no existe tratamiento curativo. La medicación es de sostén con antitérmicos; no se debe usar aspirina, pues puede aumentar el riesgo de Síndrome de Reye (daño cerebral o hepático); baños para mantener la piel limpia; cortar y limpiar bien las uñas para evitar infecciones por rascado; y talco mentolado o lociones antipruriginosas, indicadas por el pediatra.
Cuando la varicela se complica
La complicación más frecuente es la sobreinfección bacteriana de las lesiones, que requieren tratamiento con antibióticos. Más rara es la aparición de neumonía por varicela, que puede ser fatal en pacientes con disminución de sus defensas inmunológicas (inmunocoprometidos).
La vacuna contra la varicela es el único modo de inmunizar a los niños contra la enfermedad. Al llegar a los 12 años sin haberla padecido, es cuando se convierte en obligatorio administrar la vacuna de la varicela, pues esta enfermedad en adultos cursa de manera más grave, extensa y duradera, al producir nuestro organismo menos cantidad de interferón gamma.
Varicela en adultos
Cuando a un adolescente o a un adulto contrae varicela, la enfermedad puede desarrollar una neumonía. Los adultos son 10 veces más propensos a necesitar hospitalización y 20 veces más a morir por la varicela, que los menores de 14 años.
Es importante evitar el contacto con embarazadas, que no han tenido varicela, en el primer trimestre de gestación, ya que se pueden producir malformaciones fetales. Aunque actualmente ya pueden ser tratadas con gammaglobulina estándar polivalente, o con aciclovir en los primeros días del contacto, bloqueando la aparición de la enfermedad.
Población de riesgo
– Personas con sistema inmunológico débil.
– Niños menores de un año.
– Adolescentes y adultos.
– Recién nacidos, cuyas madres tuvieron varicela antes del parto.
– Prematuros, cuya madre no ha tenido varicela.
– Niños con problemas de piel.
– Niños que reciben tratamiento con aspirina.
Vicen Ramón
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