Categorías:

El riesgo de la hipertensión arterial: tómalo en serio

Tabla de contenidos

El problema de la hipertensión arterial hay que tomárselo en serio, ya que puede traer consigo graves consecuencias si no se trata a tiempo. Una vida saludable y unos hábitos correctos en determinadas etapas de la vida pueden evitar futuras complicaciones en la tensión arterial.

Cuando nuestro corazón late, bombea sangre hacia las arterias y crea presión en ellas. Dicha presión es la que consigue que la sangre circule por todo el cuerpo y es a lo que denominamos tensión arterial.

La hipertensión arterial se define como el hecho de tener la presión arterial demasiado alta, que depende de muchos factores (peso, edad, sexo, determinados hábitos, etc.) y se diagnostica cuando una persona está por encima de los 140 en la máxima y de los 90 en la mínima. Las crisis hipertensivas (por encima de 210 y 120) requieren hospitalización inmediata, ya que pueden afectar gravemente al organismo. El verdadero peligro del hipertenso es el desconocimiento, ya que al no recibir tratamiento, órganos vitales como el corazón, los riñones o los ojos pueden quedar dañados.

Causas de la hipertensión arterial

Son muchas y variadas las causas de la hipertensión arterial, por eso hay que tomar medidas al respecto y vigilar:

–   El tabaco. A los muchos problemas que trae consigo este hábito, tenemos que añadirle el riesgo de perjudicar la tensión arterial.

–   El café. Su consumo abusivo puede desencadenar la hipertensión; lo mismo ocurre con otras bebidas que contienen cafeína, como el té.

–   El alcohol. Una ingesta diaria de más de 40 g puede aumentar la tensión arterial.

–   Llevar una vida sedentaria o tener una alimentación inadecuada, con mucha sal y grasas saturadas.

–   El estrés permanente produce un aumento de la tensión arterial.

–   Hay que vigilar la tensión a cualquier edad adulta, pero a partir de los 65 existe un factor claro de riesgo, ya que con el envejecimiento las arterias se endurecen y el paso de la sangre se ve dificultado.

–   También deben cuidar su tensión las mujeres embarazadas, ya que debido a la facilidad para acumular líquidos en este estado, se puede sufrir una preeclampsia, un tipo de hipertensión especial.

–    Las personas obesas tienen un riesgo elevado de padecer la enfermedad.

–    El factor genético. Vigila la tensión arterial si se han dado casos de hipertensión en tu familia (padres, abuelos…). Hay que tener en cuenta el factor genético.

Consecuencias de la hipertensión arterial en la salud

La hipertensión arterial prolongada no tiene siempre consecuencias sobre el organismo, sin embargo, es la responsable de numerosas enfermedades cardiacas, ya que exige un trabajo extra al corazón para distribuir la sangre por todo el cuerpo. Este esfuerzo continuado puede llevar a la insuficiencia cardiaca o al infarto de miocardio en caso de que se interrumpa el flujo de sangre al corazón.

La mala circulación de la sangre afecta también al cerebro. El estrechamiento de las arterias puede dar lugar a una falta de riego en alguna parte del órgano y tener como consecuencia una trombosis que cause un infarto cerebral.

El corazón y el cerebro no son los únicos órganos afectados por la hipertensión arterial. Los ojos, los riñones y los pulmones sufren también este mal, ya que las arterias y capilares que los riegan pueden romperse y llenarlos de líquido, dando lugar a cegueras o edemas pulmonares.

¿Cómo se toma la tensión?

La hipertensión arterial es una enfermedad que produce graves daños en el organismo y, sin embargo, es silenciosa y no produce síntomas. Por ello, la mejor manera de luchar contra ella el controlando la tensión para prevenir complicaciones, además de adoptar hábitos saludables.

Cuando se mide la tensión arterial, se nos da una cifra separada por una barra (por ejemplo, 140/90). El primer número, el más alto, corresponde a la presión que realiza la sangre contra las paredes de las arterias cuando el corazón se contrae (presión sistólica), mientras que el segundo número marca la presión de la sangre en las arterias cuando el descansa entre latidos (presión diastólica). Ambas se miden en milímetros de mercurio (mm HG), es decir, la altura que el mercurio alcanza cuando presiona sobre él la fuerza de la sangre. Por otra parte, al realizar la medición, es obligatorio hacer una valoración global de riesgo para cada persona, enferma o no, para calcular las cifras de presión que deberían considerarse «seguras» para ella.

Cuadro de la tensión arterial

En el caso de una persona con la tensión normal, la cifra marcada será de menos de 130 la presión sistólica y menos de 85 la diastólica, si marca un poco más de estos números será considerada una tensión normal alta. Sin embargo, una hipertensión comienza a partir de 140/90. Con estas cifras, es una hipertensión leve, pero hay que tener cuidado porque puede ir a más y agravarse. Se considera grave cuando las cifras marcan entre 180 y 209 de presión sistólica y entre 110 y 119 diastólica. Muy grave es 210/120 o superior a estas cifras.

La prevención es el mejor de los sistemas para evitar las fatales consecuencias que puede acarrear una hipertensión, por ello, es bueno acudir con cierta regularidad a la farmacia o al médico para que nos tomen la tensión y llevar así un buen seguimiento de la presión arterial.

Marisol Nuevo Espín

Te puede interesar:

Consejos para la hipertensión arterial

Salvado de arroz contra la obesidad y la hipertensión

– Trucos para moderar el consumo de sal

La preeclampsia: qué es, causas y síntomas

Otros artículos interesantes