Que el sedentarismo no es aconsejable es algo que a estas alturas no vamos a descubrirte. Llevar un estilo de vida con mucha actividad y en donde el ejercicio esté presente es algo con múltiples beneficios, por lo que siempre se ha de buscar un momento del día para levantarnos del sillón y mover la maquinaria para que esta no se atrofie.
Da igual si sólo son unos minutos, tu cuerpo agradecerá que te mueves por muy poco que sea. Aunque no te lo creas, hasta la más mínima actividad física contribuye a que tu salud se beneficie de esta. Así lo demuestra un estudio de la Facultad de Nutrición y Promoción de la Salud de Arizona State University, en Phoenix, que afirma que un pequeño ejercicio diario es beneficioso para mantener en buenas cifras el nivel de azúcar en sangre.
Todo lo que se haga, es bueno
Esta investigación parte de la afirmación de que todo movimiento que realice una persona, por muy pequeño que sea o corto de duración, ayuda de algún modo a mantener el nivel de azúcar en sangre en unas buenas cifras. Para corroborar esta teoría, el autor de este trabajo, Glenn Gaesser, comprobó de qué forma afectaba la actividad realizada a los niveles de azúcar en sangre de nueve adultos con sobrepeso y obesidad.
Para ello se utilizaron monitores continuos para medir el nivel de azúcar en la sangre de estos participantes en el estudio y del mismo modo se siguieron los datos de presión arterial de estas personas. Los sujetos realizaban algún tipo de trabajo que requería estar sentado y no precisaba de más actividad que la que supone teclear o mirar una pantalla, en cualquier caso no se podía considerar ejercicio físico.
En la segunda semana de este estudio a estos periodos de trabajo sentados se les fue introduciendo intervalos de entre 10 y 30 minutos en los que estas personas debían estar de pie. La finalidad era que prolongasen esta actividad física por lo menos durante dos horas y media al día, frente al resto de tiempo que los participantes de este trabajo.
Aumento del ejercicio
En la tercera semana de la investigación, en lugar de estar de pie, esta actividad se reemplazó por caminatas en una cinta de andar a una velocidad de 1’6 km/h. Ya en la cuarta semana de la investigación cambiaron la cinta por una bicicleta estática, también a un nivel bajo de intensidad. La intención era evitar el sedentarismo completo durante toda la jornada y obligar a que de algún modo estas personas se movieran.
Los resultados no se hicieron esperar y ya en la primera semana el nivel promedio de azúcar en sangre en 24 horas caía considerablemente en estos participantes tras pasar algún tiempo de pie. El descenso era mayor los integrantes del estudio caminaban en la cinta o hacían uso de la bicicleta. La diferencia de estos niveles respecto a cuando estas personas practicaban únicamente el sedentarismo era abismal.
El patrón se mantuvo después de comer y durante la noche, especialmente si los participantes de esta investigación habían utilizado la bicicleta durante el día. No obstante los responsables de este trabajo quisieron aclarar que estos datos no pueden ser tomados como norma para todos aquellos que padecen sobrepeso u obesidad. Se necesitan estudios en poblaciones más numerosas para poder decir si estos resultados se podrían aplicar a la población general con sobrepeso.
También se recuerda la necesidad de combinar la actividad física con una dieta saludable a la hora de mantener estos niveles en unas cifras adecuadas. El ejercicio no se enciente sin una buena alimentación y viceversa.
Damián Montero
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