Las lluvias primaverales son, en general beneficiosas, pero como nunca llueve a gusto de todos, si eres alérgico extrema las precauciones. Y es los expertos advierten que, aunque esta primavera tiene un riesgo moderado para los alérgicos, los episodios de lluvia aumentan la concentración de pólenes, sobre todo, si van acompañadas de vientos y pueden provocar conjuntivitis alérgica.
La conjuntivitis alérgica es una inflamación, no contagiosa, de la membrana que recubre la superficie del el ojo.
Las tormentas de primavera y las conjuntivitis alérgica
Uno de los trastornos oculares más comunes cuando llega la primavera es la conjuntivitis alérgica, un trastorno de gran incidencia en la población que puede verse agravado por los días de lluvia, que favorecen la concentración de polen, especialmente si van acompañados de viento.
A pesar de que esta primavera se prevé moderada para los alérgicos al polen y a las gramíneas, la Dra. María Capote, oftalmóloga del Hospital La Milagrosa de Madrid advierte que «se producen aumentos bruscos de concentraciones de polen en los días de tormenta primaveral, que pueden provocar episodios de conjuntivitis alérgica».
La conjuntivitis alérgica es una inflamación
La conjuntivitis alérgica es una inflamación de la conjuntiva, la membrana transparente que recubre la superficie del ojo. Esta inflamación es una respuesta del organismo frente a la presencia de un factor externo como puede ser el alérgeno. «No es una infección y por tanto no es contagiosa», destaca la Dra. Capote.
En cuanto a su duración, se pueden prolongar a lo largo del tiempo, en personas con alergia a los ácaros, a productos cosméticos o a los conservantes de colirios. Sin embargo, también puede ser estacional y brotar sólo en primavera, momento en el que aumenta el volumen de polen afectando a un mayor grupo poblacional que es sensible al mismo.
En el caso de los niños, la conjuntivitis alérgica es muy frecuente en la época escolar. En muchas ocasiones se confunden sus síntomas de parpadeo continúo con tics nerviosos o «manías de los niños». Es importante que ante cualquier síntoma que se observe (guiñar los ojos, frotarse o aumento del parpadeo…),se acuda al oftalmólogo para un diagnóstico y tratamiento adecuado, explica la dra. Capote.
Los síntomas de la conjuntivitis alérgica
Al inflamarse la membrana conjuntival, hace más visibles los vasos sanguíneos dándole al ojo un color rojizo que se acompaña de otra sintomatología como:
– Picor y sensación de arenilla
– Inflamación de los párpados
– Lagrimeo
– Fotofobia (sensibilidad a la luz)
– Legañas
Cómo prevenir la conjuntivitis alérgica
La mejor forma de prevenir la conjuntivitis alérgica es evitar la exposición al alérgeno. En muchas ocasiones es complicado pero se pueden tener en cuenta una serie de medidas para minimizar todo lo posible los síntomas, como son:
En los casos de conjuntivitis alérgica crónica:
– Mantener una correcta higiene del hogar, colchones y ropa de cama sintéticos
– Evitar alfombras que tienden a tener más ácaros
En los casos de conjuntivitis estacional:
– Cerrar las ventanas en los días de viento
– Colocar filtros antipolen
– No frotarse los ojos
– Lavado de manos frecuente
– No usar lentes de contacto durante las crisis.
– Revisiones en Servicios de oftalmología para detectar síntomas precoces y poder tratar a tiempo.
Tratamiento de la conjuntivitis alérgica
El tratamiento de la conjuntivitis alérgica empieza con medidas locales tales como lavados con suero fisiológico frío y lágrimas artificiales sin conservantes para evitar el síndrome del ojo seco.
«Cuando estas medidas no son suficientes o efectivas, explica María Capote, se recomienda acudir de nuevo al oftalmólogo de confianza para que valore la necesidad de administrar colirios antiinflamatorios, antihistamínicos, corticoides o incluso medicación oral».
Pero, ¿es necesario hacerse pruebas de alegría? En la mayoría de los casos, el tratamiento es efectivo y no es necesario realizar más pruebas. Aquellos pacientes que no mejoran a pesar de su tratamiento, o los síntomas repercuten en su ritmo de vida, será su oftalmólogo el que le indique la posibilidad de realizar pruebas cutáneas.
Marisol Nuevo Espín
Asesoramiento: Dra. María Capote, oftalmóloga del Hospital La Milagrosa de Madrid.
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