«Mamá, ¿qué pone en este libro?» Y las letras son bastante visibles. Sin embargo el niño no tiene problemas en identificar objetos en la lejanía e incluso leer algunos carteles que se encuentran a mayor distancia que las frases de un libro en las manos del pequeño.
Estos son algunos de los indicios que pueden advertir a los padres que su hijo tiene hipermetropía, un problema en la vista que a menudo se resuelve con el paso de los años. Sin embargo en otros es obligatorio el uso de gafas con la finalidad de corregir este defecto.
Qué es la hipermetropía
La Asociación Española de Pediatría define a la hipermetropía como «un error de refracción en el que los ojos tienen escaso poder refractivo y los rayos de luz se doblan o convergen poco, por lo que la imagen se enfoca detrás de la retina». Esto se produce porque la córnea no tiene suficiente curvatura o porque el globo ocular tiene menos tamaño del que debería.
En cualquiera de los casos el resultado es el mismo: el niño aprecia mejor los objetos y letras en la distancia que aquellos que tiene cerca o frente a él. Es muy común que por ejemplo mientras esté leyendo la página de un libro, las letras se hagan cada vez más pequeñas hasta convertirse en puntos borrosos indescifrables para él.
Los pediatras señalan que la mayoría de los menores son hipermétropes, pero que este defecto se soluciona con el tiempo, aunque en otros casos no es así.
Cuáles son los síntomas de la hipermetropía
Además de la queja por no reconocer las letras en un libro que tienen en la mano, los niños hipermétropes también sufren dolores de cabeza causados por el esfuerzo que deben hacer para conseguir enfocar lo que tiene enfrente. También es común que el menor manifieste que le pican los globos oculares después de haber leído o manipulado un objeto que requiera cercanía visual.
En algunos casos el esfuerzo por ver aquello que es borroso de cerca hace que los niños entrecierren sus ojos buscando un mejor enfoque o que en algunos casos se pongan bizcos, lo cual puede provocar estrabismo por forzar demasiado el músculo de esta zona del cuerpo.
Cuál es el mejor tratamiento para la hipermetropía
Si se han advertido alguno de estos síntomas en el niño es primordial acudir al oculista para que este examine al niño. Lo primero será un examen estándar de visión en donde se le pedirá al menor que lea algunas letras o reconozca algunas formas a distintas distancias y de diferentes tamaños. En casos donde el diagnóstico no queda claro estos profesionales pueden emplear un aparato llamado retinoscopio, que sirve para ver cómo se refleja la luz en la retina, una técnica que también se usa para determinar si el pequeño es miope.
Será el especialista quien determine si es un caso de hipermetropía que se pasará con el tiempo cuando el niño aprenda a enfocar bien, o si es necesario recurrir a productos de corrección como gafas. También se recomienda que en casos donde el menor haya sido diagnosticado con este problema, siempre juegue bajo luces potentes y se trabaje la visión a corta distancia mediante ejercicios.
Damián Montero
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