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La enfermedad de Kawasaki, una dolencia que llega al corazón

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La enfermedad de Kawasaki y el corazón de los niños
Foto: ISTOCK Ampliar foto

La salud de los más pequeños es un asunto que quita el sueño a más de un padre. Especialmente cuando la dolencia se produce en zonas delicadas como el corazón o el hígado; o cuando esta afección no es un simple resfriado. Este es el caso de la enfermedad de Kawasaki, que afecta a los vasos circulatorios de los niños y que puede llegar a tener consecuencias en las arterias coronarias, es decir, aquellas que llegan al corazón.

¿Qué es la enfermedad de Kawasaki?

La Asociación Española de Pediatría, AEP, define la enfermedad de Kawasaki como una vasculitis (inflamación de los vasos sanguíneos) que afecta a arterias pequeñas y medianas que distribuyen sangre por todo el cuerpo. El riesgo que entraña esta afección es que puede llegar a tener consecuencias en las arterias coronarias, aquellas que llegan hasta el corazón. La Fundación del Corazón apunta que pueden aparecer aneurismas coronarios en el 20% de los casos que no hayan recibido el tratamiento adecuado.

La AEP señala que la mayor parte de casos de enfermedad de Kawasaki se producen en niños menores de cinco años, especialmente en menores de entre 18 y 36 meses. Por su parte, la Fundación del Corazón, apunta a que es raro ver este tipo de dolencias en niños mayores de ocho años. En cuanto a cómo se origina no se saben sus causas exactas, pero los pediatras españoles apuntan a que puede existir cierta predisposición genética, lo que explicaría que no todos los menores del mundo tengan las mismas probabilidades de padecer esta afección ya que es en Asia, especialmente en Japón, donde mayor número de estos casos se registran.

Síntomas de la enfermedad de Kawasaki

Síntomas de la enfermedad de Kawasaki

Por desgracia esta enfermedad no tiene forma de prevención conocida. Por ello, los padres deben estar atentos a la aparición de síntomas que puedan significar que efectivamente el niño padece la enfermedad de Kawasaki. La AEP señala varios síntomas que podrían hacer saltar las alarmas: fiebre, ojos rojos pero sin legañas, inflamación de la lengua y los labios, sarpullido en la piel, inflamación de los ganglios del cuello y enrojecimiento o hinchazón de las manos y los pies.

No solo hay síntomas físicos, sino que el estado anímico del menor también puede dar una pista sobre la enfermedad de Kawasaki. Generalmente los niños que padecen esta afección suelen encontrarse tristes y más irritables que el resto. La AEP también apunta a que lactantes y niños de mayor edad presentan menos síntomas por lo que su diagnóstico será más complicado.

Los síntomas que más deben preocupar son la fiebre y las manchas en la piel, que deben ser motivo suficiente para hacer una visita al pediatra para descartar otras enfermedades relacionadas con estos indicios como el sarampión o la escarlatina. La Fundación del Corazón especifica que una fiebre prolongada durante más de cinco días unida a alguno de los otros síntomas es una prueba bastante fundamentada para sospechar de que efectivamente estamos ante un caso de Kawasaki.

Una enfermedad con un diagnóstico difícil

La AEP señala que en algunos casos la similitud de síntomas con otras afecciones como el sarampión hace que en primera instancia este sea el diagnóstico, por ello aconseja que si la situación no mejora, volver al especialista puede ser una buena idea para confirmar su es un caso de sarampión o algo más grave. No hay una prueba en concreto que sirva para confirmar un positivo de Kawasaki, lo más común es comprobar cuántos síntomas padece el menor y realizar un análisis de sangre para comprobar la inflamación de los vasos sanguíneos.

Una ecografía cardíaca también ayudará a ver si se ha llegado a producir un aneurisma coronario. La Fundación del Corazón apunta que si una vez desaparecida la fiebre los aneurismas persisten será aconsejable hacer más pruebas como electrocardiogramas o cateterismos cardíacos para descartar enfermedades más malignas o comprobar la gravedad de este cuadro clínico.

¿Cuál es el tratamiento de la enfermedad de Kawasaki?

La AEP señala que el tratamiento principal estriba en administrar aspirinas y gammaglobulina intravenosa (transfusión de anticuerpos). Esta asociación también señala que si esta medicación se inicia en los diez primeros días de la enfermedad reduce considerablemente el riesgo de llegar a padecer los mencionados aneurismas coronarios. La Fundación del Corazón especifica que en aquellos casos donde se halla desarrollado aneurismas múltiples gigantes se puede llegar a necesitar anticoagulación.

Damián Montero

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