La comida es una de las actividades más importantes del día. De hecho son cinco las veces que se recomienda tomar alimentos para conseguir energías a lo largo de la jornada y asegurarnos tener las pilas cargadas para afrontar la jornada. Sin embargo, ¿sabemos actuar después de comer? ¿Qué es lo más recomendable tanto antes como tras las comidas?
Aquí te recordamos unas nociones que no puedes olvidar después de comer, y que especialmente, debes asegurarte de que tus hijos no cumplan para que sus digestiones sean lo más placenteras posible. Porque la comida es uno de los mejores placeres del mundo, sin embargo puede volverse algo realmente perjudicial si no se tienen en cuenta algunos consejos para que nada se desmadre por culpa de una mala actuación.
A tener en cuenta antes de comer
Antes de hablar de los consejos para después de comer, es conveniente recordar los consejos antes de sentarnos a la mesa. Primero de todo, asegurar que los platos que se presentan en la mesa están bien equilibrados por todo tipo de alimentos, igualmente el exceso de grasas debe evitarse en la medida de lo posible. Durante las noches los fritos están prácticamente prohibidos ya que se corre el riesgo de tener una digestión pesada.
En las comidas se recomienda comer a un ritmo ni lento ni rápido, tomar los alimentos en apenas unos minutos puede provocar que el cuerpo tenga que asimilar mucho en poco tiempo, algo que se hará notar en la digestión. Del mismo modo, una comida demasiado lenta hará que el estómago comience la digestión mientras aún estamos comiendo. Encontrar la velocidad adecuada es lo más recomendable en estos casos.
Lo que no debes permitir a tus hijos después de comer
Ahora que ya sabemos lo que debemos asegurar en cada comida, toca recordar lo que no se debe permitir después de ellas. Y es que no solo lo que se haga durante la toma de alimentos repercutirá en una buena o mala digestión, también las actuaciones después de que nos levantemos de la mesa tiene efectos sobre la actividad que nuestro estómago realiza:
1. Dormir. Es inevitable que después de comer no se sienta morriña que nos invite a cerrar los ojos y entregarnos a una placentera siesta. Sin embargo, hacerlo inmediatamente después de comer puede redundar en una mala digestión. Por ello hay que asegurarse que los niños se queden despiertos por lo menos 30 minutos después de comer.
2. Beber agua. Es posible que el niño beba agua después de comer ya que los distintos platos han podido generar una sensación de sed. Sin embargo, pasarse con el líquido una vez que ha terminado la comida puede suponer una larga digestión ya que eso supone hinchar aún más el estómago.
3. Nadar. Un viejo clásico para después de las comidas y que es muy cierto. Introducir un cuerpo en el agua de golpe y porrazo después de comer y obligarlo a una actividad como nadar puede desembocar en un corte de digestión que entraña incluso el riesgo de ahogamiento. Asegúrate de que tu hijo no se mueve de la toalla durante al menos una hora, seguro que hay mil juegos mientras.
4. Movimientos rápidos. Levantarse de la mesa y ponerse a jugar es algo que puede apetecer después de comer, sin embargo tanto movimiento rápido y brusco no es lo más recomendable para un estómago recién comido ya que puede hacer que los alimentos sean vomitados.
5. Evitar ropa ceñida. Especialmente los pantalones pueden apretar demasiado después de comer, por ello hay que procurar que una vez terminada la toma de alimentos e iniciada la digestión, el estómago no tenga presión de ningún lado y pueda hacer su trabajo de la mejor forma.
Damián Montero
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