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Aumentan los casos de alergia en niños debido al cambio climático

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El aumento de la temperatura generalizado en todas las estaciones, debido al cambio climático ha aumentado los casos de alergia al polen en niños cada vez más pequeños, según ha alertado la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP).

La causa es el ascenso de las temperaturas medias, que alarga las épocas de polinización y las intensifica, lo que está provocando un incremento de la predisposición a sufrir alergia en niños cada vez más pequeños.

Semana Mundial de la Alergia: polen y cambio climático

Con motivo de la celebración de la Semana Mundial de la Alergia que este año se celebra del 4 al 10 de abril, el Grupo de Trabajo de Alergia Respiratoria de la SEICAP quiere prestar especial atención al grupo de alergias causadas por el polen y el cambio climático, y para ello ofrece un listado de consejos para iniciar un tratamiento.

La polinosis o alergia al polen se manifiesta en forma de rinitis, conjuntivitis y asma, «a causa de la reacción exagerada de la mucosa de las vías respiratorias al contacto o inhalación de pólenes», afirma el doctor doctor Javier Torres, coordinador del Grupo de Trabajo de Alergia Respiratoria de la SEICAP. Los síntomas más frecuentes son prurito nasal, ocular, faríngeo, en el paladar; lagrimeo; estornudos; secreción y obstrucción nasal; tos u obstrucción bronquial.

Aumentan los casos de alergia en niños pequeños

El tratamiento puede ser sintomático con antihistamínicos o broncodilatadores inhalados o antiinflamatorio cuando existe inflamación de la mucosa nasal o bronquial. «Por eso es conveniente el uso de corticoides de forma preventiva desde el inicio de la primavera hasta el final», destaca el doctor Torres. Estos medicamentos tratan solo los síntomas, «por lo que deben combinarse con inmunoterapia específica mediante vacunas que contienen proteínas procedentes del polen y cuya función es inmunizar al menor para que precise menos medicación. Es lo único que cura», apostilla. Para obtener los mejores resultados, y que se realice de forma personalizada para cada caso concreto, «es fundamental que los niños que tengan síntomas de alergia primaveral sean atendidos por pediatras alergólogos», añade.

La alergia al polen y el calentamiento global

Un estudio español publicado en marzo en la revista Environmental Monitoring and Assessment concluye que las mayores concentraciones de polen se registran entre febrero y junio, por lo que son los meses más críticos para las personas alérgicas. «De hecho es en esta época cuando más aumentan las visitas a urgencias infantiles por crisis de asma», destaca el doctor Javier Torres, coordinador del Grupo de Trabajo de Alergia Respiratoria de la SEICAP.  Uno de cada cinco niños de entre 13 y los 14 años en todo el mundo sufre alergia al polen, según el Estudio Internacional de Asma y Alergia en la Infancia (ISAAC). «Sin embargo, cada vez hay más casos de pruebas positivas con tan solo tres años», subraya.

El calentamiento de la superficie terrestre «es responsable del aumento de la densidad de especies vegetales en algunas zonas, de la cantidad de polen producido por cada una y del alargamiento de la temporada de polinización», señala el doctor Torres. Así, durante la primavera, polinizan la mayoría de plantas que producen alergia. Sin embargo, «debido al cambio climático muchas lo adelantan o incluso lo extienden durante el verano», apunta. Una investigación australiana reciente publicada en Current Opinion in Allergy and Clinical Immunology confirma que el ascenso de temperaturas, las precipitaciones y el clima más extremo permiten estaciones de polinización más largas, lo que da lugar a una mayor exposición de estos alérgenos.

La contaminación y el aumento de alergias 



Una revisión de estudios publicada en diciembre en la revista Multidisciplinary Respiratory Medicine destaca que la urbanización, los altos niveles de emisiones de los vehículos y el estilo de vida occidentalizado se relacionan con una mayor frecuencia de alergia respiratoria, sobre todo en personas que viven en zonas urbanas.  «Hay una serie de causas multifactoriales, como el cambio climático, los nuevos estilos de vida, la excesiva higiene, que están provocando, no sólo un aumento de las alergias infantiles al polen, sino en general. De hecho, es significativo el incremento de las causadas por alimentos, o de la rinitis y el asma», advierte el doctor Torres. Según datos de la SEICAP, la rinitis alérgica afecta a uno de cada tres niños, mientras que el asma lo sufren uno de cada diez.

Otro factor a tener en cuenta es la contaminación procedente de la combustión del gasoil, que empeora los síntomas de los niños con rinitis alérgica o asma. «Multiplica la irritación de las vías aéreas y favorece su inflamación, potencian la acción alergénica de los pólenes y facilitan la acumulación de mucosidad», indica.

Consejos para niños alérgicos al polen

El Grupo de Trabajo de Alergia Respiratoria de la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica ha elaborado el siguiente Decálogo de Consejos para niños alérgicos al polen:

1. No es recomendable ir al campo, parques, jardines o lugares con vegetación abundante, entre los meses de marzo a mayo. Deben evitarse las zonas con césped, sobre todo si está recién cortado.

2. Se recomienda proteger las ventanas o balcones, sobre todo del dormitorio del niño, con un enrejado muy tupido de material plástico (mosquitera), que se debe limpiar a diario con un paño húmedo, sin sacudir.

3. Mantener cerradas las ventanas o balcones del dormitorio del menor el mayor tiempo posible, especialmente en la noche, cuando aumenta la concentración de polen atmosférico.

4. Dos horas antes de acostarse, con las ventanas cerradas, pulverizar agua, hacia el techo, dejando luego cerrada la habitación hasta acostarse. Con esto se consigue que el polen que flota en el aire sedimente.

5. En el exterior, proteger los ojos en la medida de lo posible con gafas de sol en caso de conjuntivitis estacional, y mascarillas antipolen homologadas.

6. Si se viaja en automóvil, mantener cerradas las ventanillas. Comprobar que los filtros anti-polen están en buen estado.

7. Eliminar los elementos que puedan acumular polvo o polen (peluches, alfombras, cortinas u otros).  Hacer la limpieza de la casa sin sacudir, con aspiradora o bayeta húmeda.

8. Consultar (prensa, televisión, internet) los datos sobre polinización. Tomar precauciones cuando existan más de 50 granos de polen por milímetro cúbico de aire, pues a partir de esa cantidad se pueden producir síntomas.

9. Es aconsejable que el niño lleve siempre en su mochila, durante la época de más riesgo, los broncodilatadores o antihistamínicos por si presenta síntomas de alergia.

10. Acudir al pediatra alergólogo en caso de persistencia de los síntomas para que pueda realizar un correcto diagnóstico y valorar la necesidad realizar un tratamiento personalizado con inmunoterapia.

Rocío Jiménez
Asesoramiento: Doctor Javier Torres. Grupo de Trabajo de Alergia Respiratoria de la SEICAP

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