La primavera trae consigo muchas cosas: días más largos, subida de temperaturas, excursiones en familia y, también, las temidas alergias. Aunque hay alergias que no tienen nada que ver con las estaciones del año, lo cierto es que la Primavera trae una de las más comunes: la alergia al polen. Te contamos qué es la rinitis alérgica.
Rinitis alérgica
Tal y como explican desde la Asociación Española de Pediatría, la rinitis alérgica se caracteriza por la inflamación de la piel que recubre por dentro la nariz, y le suele acompañar inflamación y lagrimeo en los ojos. Su aparición se debe, principalmente, a la respiración de ciertas sustancias, especialmente los pólenes de primavera, aunque también se puede dar por ciertos alimentos o medicamentos a los que se es alérgico.
La rinitis alérgica «sería el equivalente en la nariz a lo que ocurre en los bronquios en las personas con asma alérgica», explican desde la AEP, que de hecho aseguran que ambas enfermedades suelen coincidir en las mismas personas.
¿Cuáles son los síntomas de esta alergia al polen?
Esta clase de alergia suele caracterizarse por taponamiento en la nariz que da sensación de obstrucción, lo que a su vez dificulta la entrada del aire para respirar. Asimismo, trae consigo mucosidad continua (en forma de goteo clarito, como si fuera agua), estornudos y picor de la nariz, lo que hace que se tenga la necesidad de frotarla continuamente.
«Es frecuente que los niños con rinitis alérgica también tengan molestias en los ojos y lagrimeo«, explican los pediatras, quienes agregan que, como consecuencia de ese moco persistente, es normal que por las noches el niño tenga tos ya que este moco le cae hacia la garganta.
¿Tu niño hace gestos «raros»? Esto también es normal, pues el picor que produce también suele tener la consecuencia de que los niños hagan gestos con la nariz, los labios o la cabeza que a veces se confunden con tics.
Por otro lado, el taponamiento y la inflamación de la nariz suele hacer que el niño tenga problemas para respirar correctamente, lo que le provocará ronquidos, falta de olfato e incluso dolor de cabeza. En algunos casos también se da picor de oídos, de paladar y sangrado de la nariz.
¿Qué hacemos frente a la rinitis alérgica?
Los síntomas de la rinitis alérgica pueden ser muy molestos, y no siempre es fácil interpretarlos como alergia sino que se pueden confundir con resfriados o infecciones respiratorias. Por ello, lo mejor es acudir al pediatra para que valore los síntomas del niño y estipule cuál es el mejor tratamiento.
Por lo general, los síntomas pueden paliarse con las medicinas llamadas antihistamínicos, que ayudan a aliviar las molestias de la nariz. En ocasiones, también se toman al mismo tiempo medicamentos aplicados en la nariz.
¿Se puede prevenir la alergia?
Lo cierto es que tener alergia o no no se puede prevenir pero, desde que conocemos la causa de la rinitis alérgica, hay formas de evitarlas de alguna manera: evitando la exposición a las causas (como al polen en la primavera).
Asimismo, los pediatras explican que en algunos casos concretos se puede hacer tratamiento con vacunas de la alergia, pero éste debe estar indicado por el alergólogo para que el cuerpo se acostumbre poco a poco y no sufra daños.
Ángela R. Bonachera
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