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Alergia al pescado en bebés y niños: síntomas y diagnóstico

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Las alergias alimentarias son frecuentes en los niños. En concreto, la alergia al pescado suele aparecer sobre el primer o segundo año de vida, lo que hace que a los padres nos surjan multitud de dudas al respecto. ¿Cuáles son sus síntomas? ¿Cómo identificarla?

La alergia al pescado se produce, en la mayoría de las veces, «por una alteración inmunológica por la que el paciente alérgico sintetiza un anticuerpo frente a las proteínas del pescado», explica la Asociación Española de Pediatría en Atención Primaria (Aeped), que indica que esta alteración provoca una reacción inmediata cuando se ingiere o se tiene contacto con él, algo que no se puede prevenir.

Los expertos indican que la alergia al pescado se produce habitualmente al comerlo por primera vez, algo que se suele producir durante el primer o segundo año de vida. Asimismo, explican que suele durar más que la alergia a la leche o al huevo, y que incluso puede perdurar durante décadas.

Diferencias entre pescados

El principal alérgeno del pescado es una proteína llamada parvalbúmina que se encuentra de forma muy parecida en todos los pescados, lo que hace que los pacientes alérgicos al pescado «lo son a más de uno». «Los pescados con mayor contenido de parvalbúminas producen más alergias que los que tienen menos«, detallan los pediatras.

En nuestro país, los pescados que más alergias producen son el gallo o rapante, seguido de la merluza, la sardina y el bacalao. Por el contrario, los mejor tolerados son el emperador, el cazón y el atún. De hecho, los alérgicos al atún pueden tomarlo en conserva, «lo que indica que la preparación para su enlatado puede disminuir su alergenicidad», explican.

Por otro lado, es de destacar que es frecuente que se den reacciones alérgicas con la exposición al vapor de cocinado del pescado. Asimismo, los pediatras aseguran que, aunque existe la creencia de que los alérgicos a pescados también lo son a otros productos de mar, un paciente alérgico al pescado no tiene por qué ser alérgico a los mariscos.

Los síntomas de la alergia al pescado

Por lo general, los síntomas que presentan aquellos que son alérgicos al pescado son similares a los alérgicos a otros alimentos. «Suelen aparecer inmediatamente o durante la primera hora después de haberlo ingerido», matizan los pediatras, que explican que lo más frecuente es la aparición de picor de boca o faringe con o sin enrojecimiento o urticaria alrededor de la boca por el contacto con el pescado.

Otros síntomas destacados son la aparición de habones por toda la cara y por el cuerpo e «incluso hinchazón de labios, párpados y orejas», unos síntomas a los que se agregan la aparición de vómitos o diarrea durante la primera hora después de comer pescado.

La afectación respiratoria, como la rinitis o el asma, son menos frecuentes, pero «son síntomas de alarma», comentan los pediatras, al tiempo que detallan que los pacientes asmáticos tienen más riesgo de tener reacciones graves. En este punto, indican que la anafilaxia es la  manifestación más grave que puede ocurrir: la aparición de dificultad respiratoria, respiración entrecortada, tos repetitiva o seca, hinchazón de la lengua, garganta cerrada, ronquera, desvanecimiento, palidez, labios o piel azulados, pulso débil o agotamiento son síntomas de gravedad y es indicación absoluta de que sea necesaria una administración precoz de adrenalina.

¿Qué hago si mi hijo tiene alergia al pescado?

Los pediatras son claros: en caso de observar que nuestro hijo presente alguno de los síntomas descritos, es necesario que se suspenda la dieta de cualquier pescado y consultar al pediatra, quien dará las recomendaciones necesarias y enviará al pequeño al alergólogo para su diagnóstico.

Asimismo, en el momento en el que observamos la reacción alérgica al pescado es necesario lavar la zona de contacto, administrar antihistamínicos y, si la reacción es muy grave, dar adrenalina.

El diagnóstico de la alergia al pescado

La alergia al pescado se diagnostica mediante la detección de inmunoglobulina E específica a los pescados, con las pruebas cutáneas y, en ocasiones, con un análisis de sangre. «En los casos dudosos es preciso administrar el alimento en cantidades progresivamente crecientes y de manera muy controlada (prueba de exposición controlada o provocación) en el hospital, para confirmar o descartar la alergia al pescado», detallan al respecto los pediatras.

Asimismo, los expertos explican que la mayoría de los niños alérgicos a la merluza o el gallo toleran otros pescados como el atún, emperador o cazón que son mucho menos alergénicos, como se ha comentado antes. «Con el objetivo de que el paciente tenga una dieta lo más completa posible, se suele realizar un estudio de tolerancia con estos pescados, mediante prueba de exposición controlada», comentan.

Ángela R. Bonachera

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