El verano nos trae vacaciones, tiempo libre, viajes y en especial calor, mucho calor. Las temperaturas se disparan en esta época del año y una de las medidas para poder vivir sin sudar es el aire acondicionado. Un acompañante de todas las familias que se vuelve imprescindible durante el periodo estival y del que en ocasiones se abusa sin saber que puede tener efectos nocivos en nuestra salud, si no se usa del modo correcto.
Esto no quiere decir que haya que prescindir del aire acondicionado durante el verano, sino que se ha de emplear de una forma correcta para que nuestra lucha contra el calor no termine por costarnos la salud. Y es que esta máquina puede pasar de ser una aliada frente a las altas temperaturas, a ocasionarnos desde un catarro a una faringits.
Cambio brusco de temperatura con el aire acondicionado
Uno de los peores usos que se le da al aire acondicionado es ponerlo a temperaturas bajísimas al llegar a casa tras haber soportado mucho calor en la calle. Esto se debe a que erróneamente se piensa que será mejorar para crear un ambiente más fresquito en nuestro hogar ayudará a quitarnos de encima el sofoco que arrastramos de fuera, sin embargo esto no es cierto.
Hacer que el aire acondicionado expulse tanto frío tras haber llegado de un ambiente tan caluroso lo único que provocará es que nuestro cuerpo soporte un cambio demasiado brusco de temperatura. Esto provoca que el organismo se enfrente a un desajuste y que trate de buscar el equilibrio de temperatura en su interior para lo que tendrá que trabajar generando un gran esfuerzo.
El hecho de que la piel y los músculos se enfrenten a este cambio de temperatura provoca contracciones bruscas que pueden provocar tortícolis y dolores en las articulaciones. A esto hay que añadir que en la lucha contra el calor por lo general las personas prescinden de su ropa y se enfrentan a este aire frío con escasas prendas.
De modo que, en estos casos, las personas tienen un organismo trabajando por equilibrar la temperatura corporal con la correspondiente bajada de defensas y se enfrentan a un chorro de aire frío con poca ropa. Así las probabilidades de acatarrarse se incrementan mucho, esto también se une los mencionados problemas musculares relacionados con las contracciones derivadas del chorro de aire frío.
Limpieza de los filtros del aire acondicionado
Otro de los asuntos que se olvidan antes de usar el aire acondicionado es limpiar los filtros de la máquina regularmente. Esto supone que los chorros que se expulsan puedan contener numerosas bacterias y microorganismos que en última instancia terminamos respirando e introduciendo en nuestro organismo lo cual puede terminar por provocar incluso enfermedades gastrointestinales.
Del mismo modo, un mal mantenimiento de los filtros del aire acondicionado puede terminar por provocar una obstrucción que evite que se produzca un correcto intercambio de frío o calor. Esto termina por bajar de manera considerable el funcionamiento de la máquina lo cual incrementa el consumo eléctrico. Es decir, no cuidar de los filtros repercute tanto en nuestra salud como en nuestro bolsillo.
Consejos para usar el aire acondicionado
Con el fin de prevenir el malestar derivado del mal uso del aire acondicionado algunos organismos como el Colegio de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid hayan elaborado una lista con varios consejos para emplear correctamente estas máquinas. De esta forma podremos estar fresquitos sin tener que temer por nuestra salud:
1. Realizar un buen mantenimiento del aire acondicionado y mantener una temperatura constante programando las máquinas entre los 23 y 24 grados. Fuera de esta franja, el aire acondicionado no es confortable y supone un gasto innecesario.
2. Evitar que el chorro de aire frío impacte directamente sobre nuestra piel y zonas no cubiertas por la ropa como la cara, el cuello, el pecho, la zona abdominal o la lumbar. Si no es posible regular la dirección del difusor de aire, se recomienda modificar la disposición de la sala donde está la máquina
3. Dentro del coche se recomienda abrir las ventanas al subirse en el vehículo y cuanso se inicie la marcha, encender el aire acondicionado de manera progresiva.
4. A la hora de dormir también se debe evitar que el chorro de aire impacte de forma directa sobre nuestro cuerpo. Lo recomendable es programar el aire acondicionado de la habitación una hora antes de irse a la cama.
5. Si cuando se conduce la persona se siente cansada, lo mejor es parar a descansar y estirar los músculos e incluso dar una cabezada en las áreas de descanso que optar por despertarse con el chorro de aire frío del aire acondicionado a plena potencia con el difusor dirigido a nuestra cara.
Damián Montero
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