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Ahogamientos infantiles: consejos de prevención de la AEP

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Las altas temperaturas llegan con el verano y la necesidad de buscar medidas para no sufrir este calor es una necesidad imperiosa. Una buena decisión es acudir a una piscina en donde el baño nos haga olvidar este bochorno mientras se aprovecha para realizar todos los juegos que nos ofrece el agua. Pero mucho cuidado, estos lugares pueden convertirse en el escenario de numerosos accidentes que pueden transformar la diversión en tragedia.

Para evitar que estos incidentes ocurran te presentamos una serie de propuestas de la Asociación Española de Pediatría, AEP, con las que controlar que todo lo que ocurre en la piscina sea una actividad segura. De este modo se podrán evitar los ahogamientos infantiles únicamente conseguir una serie de pautas para que la lucha con el calor dentro del agua sea diversión y nada más:

Prevención en la piscina: primero, flotar y luego, nadar

Enseñar a los más pequeños a defenderse en el agua es una de las medidas principales que se ha de tomar para evitar los ahogamientos. Los pediatras recomiendan que sea a partir de los cuatro años cuando los niños comiencen a acudir a clases de natación para aprender estas nociones con las que desenvolverse en este medio y así evitar numerosos accidentes. La AEP especifica también que pese a que se recomiende esta edad, hay que tener en cuenta otro tipo de factores como si existe algún problema de salud, la madurez emocional del pequeño y otras limitaciones físicas.

Otra de las cuestiones que se pueden aprender en estos cursillos es cómo lanzarse a la piscina ya que a menudo vemos cómo una mala zambullida puede suponer un golpe en una zona delicada del cuerpo. En estas clases de natación también se suelen indicar las pautas para introducirse en la piscina del modo más seguro evitando cualquier posible percance en este sentido. Siempre es preferible que los menores se tiren al agua de pie.

La vigilancia: imprescindible frente a los ahogamientos infantiles

Hay que recordar que aprender a nadar no es sinónimo de que se eviten los ahogamientos. Este peligro puede rondar pese a que el niño ya conozca ciertas nociones para defenderse en el agua, de hecho muchos adultos también son víctimas de este tipo de accidentes. Por este motivo también se hace necesario que cuando el menor entre en la piscina los mayores atiendan a sus comportamientos:

– Cuando bebés o niños pequeños estén dentro o alrededor de agua siempre han de estar al alcance y supervisados por un adulto con experiencia y conocimientos de natación. Los pediatras recomiendan para esta vigilancia que la distancia que nos separa del menor ha de ser inferior a la longitud del brazo del cuidador para que en cualquier momento siempre estén al alcance de la mano.

– En caso de que sean niños mayores con nociones de natación, siempre ha de haber un adulto que sepa nadar bien o un socorrista. Estas personas nunca deben perderlos de vista y su atención ha de estar puesta en todo momento sobre los menores que se encuentran dentro en el agua en la piscina o en el mar. Si este cuidador se debe ausentar, no puede faltar un sustituto que asuma esta función.

También es recomendable que este adulto que esté al cuidado de los más pequeños sepa cómo realizar un rescate en caso de que sea necesario e incluso hacer una maniobra de reanimación llegado el caso. Bajo ningún concepto esta figura puede ser sustituida por la de un menor aunque este sepa nadar ya que las características físicas de este pueden no ser las adecuadas para lanzarse al agua y sacar a alguien del agua.

Adolescentes: extrema las precauciones en la piscina

Los pediatras también ponen el foco de atención en los adolescentes y recomienda a sus padres que los adviertan de los peligros de la ingesta de alcohol previa a lanzarse al agua, norma que también han de tener clara los adultos. En este sentido siempre se recomiendan tanto para adolescentes como para niños más pequeños que antes de salir de casa camino a la piscina se dejen claras una serie de normas relacionadas con esta visita para que no haya duda alguna entre lo que se puede o no se puede hacer.

Damián Montero

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