Los accidentes de tráfico son la primera causa de muerte infantil en nuestro país. Un accidente de tráfico es un suceso grave a cualquier edad, sin embargo, los niños se encuentran más expuestos. Cumplir las normas de seguridad básicas, utilizar correctamente los sistemas de retención infantil e inculcar nociones de educación vial, se tornan imprescindibles a la hora de prevenir accidentes de tráfico en niños.
En los viajes en coche, protege a tus hijos
Los peques deben ir siempre sujetos con una sillita adecuada. Cuando un niño va como pasajero de un automóvil el riesgo de lesiones en un accidente se reduce en un 75% si el niño viaja bien sujeto en un dispositivo de retención infantil homologado (hay 5 tipos distintos según la edad y el tamaño del niño), cuyo uso es obligatorio por ley en todo niño de estatura menor de 1,35 m. aunque sea en trayectos cortos. Por encima de 1,50 m., el niño debe ir sujeto con el cinturón de seguridad.
No se debe nunca llevar al niño en brazos, aunque sea a poca velocidad. Un frenazo brusco, un pequeño choque puede producirles lesiones graves.
Debemos procurar que los niños vayan siempre sentados: el coche no es lugar para saltar, lanzar cosas, etc.
Acuérdate de bloquear siempre las puertas y ventanas traseras con el seguro de niños.
Cuando vayas a salir del garaje, rodea el coche antes de montarte, el niño puede estar detrás y podríamos no verlo por el espejo retrovisor.
Los niños como peatones
Si bien todos los peatones corren el riesgo de ser atropellados, hay dos franjas de edad en las que el peligro es mayor: cuando son niños pequeños y cuando son personas mayores.
A los pequeños, por su corta estatura, les resulta más difícil tener una visión completa de lo que sucede alrededor, y además, son más difíciles de ver. Por otro lado, tienen dificultades para calcular distancias y velocidades de los vehículos que se mueven en la vía pública.
Los niños deben aprender a cruzar la calle de forma segura, mirando antes a ambos lados, cruzando por los pasos de peatones cuando el semáforo esté en verde y los coches se hayan detenido. A veces, a los padres nos sucede que, cuando encontramos el semáforo en rojo, observamos que ningún vehículo se acerca y estamos tentados de cruzar. Es muy importante que nos vean esperar a que cambie la luz a verde, nuestro ejemplo es vital. Además, así ejercitamos la paciencia, que nunca nos vendrá mal.
Además, enséñales a caminar por la parte interior de las aceras, tener cuidado en las salidas de los garajes y jugar sólo en zonas alejadas de vías de tránsito.
Por otro lado, otro factor de peligro es la falta de atención. Los niños se distraen con facilidad ante cualquier estímulo: la llamada de un amigo, una pelota que se les escapa, un perro que cruza, un juguete que se les cae, etc. Debemos estar pendientes de ellos en todo momento.
En bicicleta: los niños siempre con casco
Los niños no deben circular por vías peligrosas (como las calzadas por donde también circulan automóviles), sino en parques, vías reservadas para bicicletas, etc. Los adolescentes deben respetar las normas, señalizar las maniobras con antelación y evitar circular de noche. Usar el carril-bici evita accidentes. En motocicleta o ciclomotor: siempre con casco (uso obligatorio por ley).
¿Qué deben hacer los padres?
La mejor forma de enseñar es dando un buen ejemplo (por ejemplo, usando siempre el cinturón de seguridad). Los niños copian los modelos familiares. Como conductores: la prudencia, respetar las normas y señales, no beber alcohol y evitar circular a velocidades excesivas previene una gran parte de los accidentes de tráfico.