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10 falsos mitos de la alimentación

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Mantener hábitos de vida saludable es muy importante para estar sanos y fuertes, y también se relaciona con la felicidad. Sin embargo, en torno a los alimentos existen multitud de falsos mitos que debemos desterrar para siempre. Mucha gente cree que ciertos alimentos engordan y los eliminan de su alimentación, cuando esto puede ser un gran error si se quiere estar sano. Te contamos algunos de ellos.

Lo mejor es consultar con especialistas en nutrición para hacer cualquier clase de dieta y estar seguro de seguir una buena alimentación, y también para hacer consultas sobre ciertos alimentos, pues ellos no sólo nos las responderán, sino que nos podrán dar indicaciones fidelignas sobre cómo cuidarnos. Te dejamos aquí una relación con algunos falsos mitos explicados por la Confederación de Consumidores y Usuarios.

Falsos mitos sobre la alimentación

1. El pan engorda: el pan es rico en hidratos de carbono, el nutriente que necesitamos en mayor proporción en nuestro día a día por ser básico en la dieta mediterránea. Así, lo que suele engordar del pan no es él mismo, sino lo que le acompaña: mermeladas, mantequillas, embutidos, etcétera. Por lo tanto, lo importante es no comer más de lo que gastamos, y acompañar la dieta con ejercicio físico.

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2. La fruta como postre engorda: la fruta aporta las mismas calorías antes o después de las comidas, por lo que el orden en el que se ingiere no influye en el aporte enegético. Ahora bien, sí es cierto que tomarlo antes de las comidas tiene un efecto saciante: nos quita hambre y, por lo tanto, después comemos menos.

3. Beber agua durante las comidas engorda: el agua es un alimento llamado «acalórico», es decir, sus nutrientes no proporcionan energía. Esto quiere decir que no engorda ni antes ni después ni durante las comidas, y que tampoco tiene el poder de quemar calorías ni de hacernos adelgazar. De hecho, si se toma agua mientras se come lo que tiene es un efecto de saciedad: por eso se recomienda tomar agua mientras se almuerza en las dietas de adelgazamiento.

4. Mezclar hidratos de carbono y proteínas engorda: las dietas que consiste en no mezclar en la misma comida alimentos ricos en hidratos de carbono (cereales, pasta, patatas, pan) con proteínas (carne, pescado, huevos) aseguran que mezclar ambos nutrientes engorda. Sin embargo, estas dietas no tienen ningún fundamento científico: todos los alimentos son una mezcla de nutrientes de por sí. No hagas caso de esta clase de consejos y ten por seguro que no hay absolutamente nada malo (y, de hecho, es aconsejable) en mezclar hidratos de carbono y alimentos con proteínas.

5. Lo light adelgaza: los productos light son aquellos a los que se les han quitado una parte de sus componentes calóricos, pero recuerda que siguen teniendo calorías. Lee bien el etiquetado del producto y compáralo con el no light para comprobar el contenido de calorías de ambos y elegir el que más se ajuste a tus necesidades.

6. Los productos integrales adelgazan: las harinas y cereales integrales tienen prácticamente las mismas calorías que los productos refinados. La diferencia es que tienen más cantidad de fibra y de minerales. La fibra conlleva un efecto saciante y, por ello, se evita comer más cantidad de otros alimentos, por lo que los expertos recomiendan tomar esta clase de alimentos en nuestro día a día.

7. Los conservantes de latas y botes son cancerígenos: sin los conservantes, la cadena alimentaria no sería tan segura como lo es en la actualidad. Ten esto en mente y quítate los miedos: cuando un conservante va precedido de la letra E no quiere decir que sea dañino, sino justo lo contrario, esta letra indica que se ha autorizado su uso por no presentar riesgos para la salud.

8. Saltarse una comida adelgaza: saltarse comidas es un mal hábito. Los nutricionistas aconsejan realizar cinco tomas al día (desayuno, media mañana, almuerzo, merienda y cera). Esto ayuda a no llegar con excesiva hambre y ansiedad a la siguiente comida, lo que nos ayuda a controlar la ingesta de grandes cantidades de comida y, así, evitamos el aumento de peso.

9. Los alimentos procesados con grasas vegetales son más sanos: muchos productos indican en sus etiquetas que contienen «grasas vegetales» y pueden hacer pensar que esto es beneficioso para la salud, pero no es del todo así. En muchos casos, esas grasas vegetales son aceites de coco y de palma, que son perjudiciales para la salud cardiovascular ya que tienen la capacidad de aumentar los niveles de colesterol sanguíneo.

Por su parte, son las grasas insaturadas las que sí ayudan a reducir los niveles de colesterol en sangre. Estas son las que vienen de alimentos de origen vegetal: aceite de oliva y de semillas (girasol, maíz y soja, por ejemplo), frutos secos y, como excepción, los pescados azules. Sin embargo, estos aceites no se suelen usar demasiado en la elaboración de productos de alimentación porque son más caros.

10. Las frutas ácidas adelgazan: ningún alimento tiene la función de adelgazar. Para quemar la grasa es importante ingerir menos calorías de las que el cuerpo necesita y aumentar la práctica de ejercicio, eso es todo. No olvides tomar tres piezas de fruta al día, siendo una de ellas un cítrico, pero no para adelgazar, sino por su importante aporte vitamínico.

Ángela R. Bonachera

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