Quirúrgicas, autofiltrantes, higiénicas o de barrera… Existen muchos tipos de mascarillas y todas no protegen igual frente al coronavirus. Es frecuente escuchar que algunas no hacen nada y ahora que pronto podremos salir a pasear surge la duda sobre qué mascarilla necesito. Por este motivo, hemos preparado un tutorial de tipos, uso y reutilización de las mascarillas para que conozcas cuál es la que mejor se adapta a tus necesidades.
Toda la protección contra el coronavirus es esencial tanto para proteger nuestra salud como la de los demás. Tan importante como usar mascarilla como barrera frente al coronavirus es conocer sus tipos y cómo hay de desecharlas o reutilizarlas cada una de ellas, según el caso.
¿Qué tipos de mascarillas existen?
Actualmente, existen tres tipos de mascarillas que se distinguen por su capacidad para filtrar el aire inspirado o espirado, y por su capacidad para proteger al usuario de la mascarilla y/o al resto de la población del contagio en caso de una infección de transmisión aérea.
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1. Mascarillas quirúrgicas. Estas mascarillas de uso médico son las utilizadas por el personal sanitario. Tienen pliegues y un color entre blanco y turquesa. Pueden prevenir la transmisión del agente infeccioso desde una persona infectada a otras personas sanas, pero su eficacia a la hora de prevenir el contagio al usuario de la misma parece más limitada, y tiene menor evidencia científica al respecto.
El personal sanitario utiliza las mascarillas quirúrgicas con el objetivo de proteger al paciente de posibles agentes infecciosos presentes en la cavidad nasal o bucal del usuario de la mascarilla. Estas mascarillas quirúrgicas sirven también para que los pacientes y otras personas las lleven puestas y reducir el riesgo de propagación de infecciones, particularmente en caso de situaciones pandémicas como la COVID-19. Ejercen básicamente de barrera para evitar la emisión de gotículas respiratorias al estornudar o toser.
2. Mascarillas filtrantes o autofiltrantes. Tienen forma cónica y contienen un filtro de micropartículas gracias al cual pueden proteger al usuario de la mascarilla frente a la inhalación de contaminantes ambientales -en partículas o aerosoles- tales como agentes patógenos, agentes químicos, antibióticos, citostáticos, etc. No protegen frente a gases o vapores, aunque existen máscaras con filtros específicos para esos casos.
Las mascarillas autofiltrantes se consideran Equipos de Protección Individual (EPI), regulados por el Reglamento (UE) 2016/425 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 9 de marzo de 2016, relativo a los equipos de protección individual y se rigen bajo la normativa europea UNE-EN 149.
Se clasifican en base a su rendimiento en:
– FFP1 (filtro de partículas tipo P1): tienen una eficacia de filtración mínima del 78% y un porcentaje de fuga hacia el interior máximo del 22%. Suelen emplearse frente a partículas de material inerte, y no se recomiendan para uso médico.
– FFP2 (filtro de partículas tipo P2): tienen una eficacia de filtración mínima del 92% y un porcentaje de fuga hacia el interior máximo del 8%. Se utilizan frente a aerosoles de baja o moderada toxicidad.
– FFP3 (filtro de partículas tipo P3): tienen una eficacia de filtración mínima del 98% y un porcentaje de fuga hacia el interior máximo del 2%. Se utilizan frente a aerosoles de alta toxicidad.
Las mascarillas autofiltrantes pueden tener o no una válvula de exhalación para reducir la humedad y el calor dentro de la mascarilla, proporcionando una mayor comodidad al usuario y ofreciendo la sensación de una menor resistencia respiratoria. Estas mascarillas con válvula no deberían utilizarse en ambientes estériles, ni tampoco en el caso de pacientes infectados con COVID-19, ya que podrían transmitir el virus a través de la válvula, salvo en el caso de que la válvula estuviera protegida a diseñada para evitar dicha transmisión hacia el exterior.
Estas mascarillas filtrantes FFP2 y FFP3 van a proteger por tanto al usuario frente a la infección COVID-19. Además, podrían evitar la transmisión desde el usuario hacia el exterior, en caso de que estuvieran diseñadas para ello.
Deben reservarse para profesionales sanitarios que atiendan a personas infectadas
por SARS-CoV-2, y en especial, las FFP3 para aquellas situaciones en las que se generen aerosoles que favorezcan el contagio.
3. Mascarillas higiénicas o de barrera. Están destinadas a personas sin síntomas que no sean susceptibles de utilizar mascarillas quirúrgicas ni filtrantes. El objetivo de su empleo en la pandemia COVID-19 es intentar reducir el riesgo de transmisión del virus desde la boca y la nariz del usuario no enfermo o asintomático, como medida complementaria a otras medidas preventivas aprobadas por las autoridades sanitarias. No obstante, tal y como el ECDC ha indicado, no hay datos actualmente que permitan establecer su eficacia para prevenir esta transmisión.
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Cómo ponerse, quitarse y desechar una mascarilla según la OMS
Si se usa una mascarilla, es fundamental utilizarla y desecharla correctamente para que sea eficaz y para evitar que aumente el riesgo de transmisión asociado con el uso y la eliminación incorrectas.
La OMS facilita esta serie de consejos generales:
1. Colócate la mascarilla minuciosamente para que cubra la boca y la nariz y anudarla firmemente para que no haya espacios de separación con la cara.
2. Evita tocarla mientras la lleves puesta.
3. Para quitarla debes desanudándola en la nuca sin tocar su parte frontal.
4. Si tocas inadvertidamente una mascarilla usada, lávate las manos con una solución hidroalcohólica, o con agua y jabón.
5. Sustituye la mascarilla por otra nueva, limpia y seca en cuanto la mascarilla esté húmeda.
6. Las mascarillas de un solo uso deben ser desechadas inmediatamente una vez utilizadas, sin reutilizarse.
¿Se pueden reutilizar las mascarillas?
Tanto las mascarillas quirúrgicas como las filtrantes, se consideran no reutilizables. Según la información publicada por el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el
Trabajo, con carácter general, los equipos de protección respiratoria filtrantes utilizados frente a riesgo biológico deberían desecharse después de su uso.
En el caso de las mascarillas higiénicas reutilizables, deberán poder aguantar al menos 5 ciclos de lavado y secado manteniendo sus prestaciones.
En el caso de que se produzca el lavado de este tipo de mascarillas, se deberán tener
en cuenta los siguientes aspectos:
1. Se debe evitar el contacto entre una mascarilla sucia (a lavar) y la ropa limpia.
2. La persona a cargo del lavado debe protegerse para manejar las mascarillas sucias.
3. No se deben utilizar productos que puedan degradar o dañar los materiales y que
disminuyan su capacidad protectora.
4. Se recomienda que la mascarilla se seque completamente dentro de las 2 h posteriores al lavado.
5. No se debe secar o higienizar con un horno microondas.
6. Si se detecta algún daño en la mascarilla (menor ajuste, deformación, desgaste,
etc.), se debe desechar la mascarilla.
Sobre los métodos de desinfección para su reutilización, no hay suficiente evidencia para recomendarlos, por tanto solo se deben llevar a cabo sobre mascarillas individualmente y considerar que la posible reutilización de las mascarillas sea siempre por parte de la misma persona.
Recomendaciones para todas las mascarillas
Las mascarillas deben cubrir la nariz, la boca y el mentón, y siempre se deben usar cubriendo todas estas superficies. Es importante que se ajusten bien a la cara para que no haya fugas, por lo que, en el caso de los niños, es recomendable que el patrón a su tamaño de cara.
A los niños, y también a las personas que utilizan mucho tiempo la mascarilla, puede resultarles incómodo que se sujeten por detrás de las orejas, por ello, las gomas de ajuste pueden sustituirse por tiras de atar que se colocan por la coronilla y la otra por la nuca.
Las mascarillas de tela comunes no se consideran protección frente a virus respiratorios y, en el ámbito laboral, no se debería promover su utilización. Por otro lado, las mascarillas de tela “caseras” no cumplen la normativa de EPI ni de producto sanitario (PS).
Llevar una mascarilla puede crear una sensación de falsa seguridad, llevando a relajar otras medidas de distanciamiento físico o aumentando la frecuencia del tocado de la cara (ajuste de mascarilla, etc.). Es necesario subrayar que una mascarilla no proporciona por sí sola suficiente protección y deben tomarse otras precauciones. Se debe combinar su uso con una buena higiene de las manos y otras medidas de prevención y control de las infecciones para evitar la transmisión del SARS-CoV-2 entre personas.
Marisol Nuevo Espín
Asesoramiento: Consejo General de Colegios Farmacéuticos
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