La falta de ejercicio y de otras rutinas diarias, junto con la ansiedad generada por el confinamiento, pueden hacer que el sueño se pierda. Esto puede derivar en un insomnio que haga más cuesta arriba a lo largo de estos días en casa. Es fácil que el coronavirus altere las rutinas de descanso en casa, por lo que hay que pensar en cómo evitar que la salud se resienta.
Porque el sueño es importante para mantener una buena actitud frente al confinamiento. La falta del mismo puede hacer que aparezca el mal humor, haciendo más difícil la convivencia sin posibilidad de salir de casa para despejarse. Para evitar estas situaciones, desde el Hospital Vall d’Hebron se dan varios consejos a todas las familias que encuentren problemas en este sentido.
Sueño y coronavirus
Tal y como indican los profesionales de este hospital en momentos críticos, como el confinamiento, las personas pueden sufrir situaciones de estrés y ansiedad por culpa de la impotencia y frustración del contexto. Estas sensaciones derivan en consecuencias alterando el descanso y el sueño. Un gran problema ya que dormir es importante para evitar asegurar un correcto funcionamiento fisiológico y mental.
Dormir es muy importante para asegurar varias funciones del cuerpo humano. Un buen patrón del sueño ayuda a enfrentarse mejor a los causantes del estrés, reduce la posibilidad de sufrir problemas de sueño persistentes y refuerza el sistema inmunitario, que es la base que posee nuestro organismo para hacer frente a las enfermedades.
¿Y qué significa «dormir bien«? Los profesionales del Vall d’Hebrón señalan dos puntos en concreto:
– Dormir las horas pertinentes para la edad que tenemos.
– Conseguir, durante nuestro descanso, que se produzcan todas las fases del sueño.
Dormir bien durante el confinamiento
Una vez entendido lo que significa «dormir bien», hay que ponerse manos a la obra para asegurar un correcto descanso. Estas son las recomendaciones de los profesionales de este centro hospitalario:
– Establecer rutinas diarias.
– Determinar un horario regular para ir a dormir y para despertarse, adecuado a los horarios de día y noche.
– Hacer algún tipo de actividad física moderada, adaptada a la edad y a las condiciones actuales.
– Evitar comidas abundantes y pesadas durante la cena.
– Si es posible, utilizar la cama solo para dormir.
– No consumir alcohol ni otros estimulantes antes de dormir.
– Evitar el uso de pantallas y dispositivos digitales antes de ir a dormir.
– Evitar las siestas largas durante el día. Lo mejor es que no superen los 30 minutos.
– Aprender y practicar ejercicios de relajación para llevar a cabo durante el día y antes de irse a la cama.
Damián Montero
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