Caídas, golpes, roces contra superficies afiladas. Estos son algunos ejemplos de lesiones no intencionadas. Éstas suponen, según datos de la Asociación Española de Pediatría, AEP, una de cada cinco consultas que llegan a los profesionales de la salud dedicados a los niños. De hecho, este grupo de edad es el más expuesto a traumatismos, por lo es necesario educar en la prevención de los mismos para prevenir males mayores.
Para este fin, los profesionales de AEP han elaborado la Guía para padres sobre la prevención de lesiones no intencionadas en la edad infantil con el fin de que los hogares se vuelvan un poco más seguros para los más pequeños. Unas pautas que buscan dar más seguridad a las familias y reducir estos accidentes que pueden convertirse en un serio problema para los más pequeños.
Caídas
Tal y como se indica desde AEP en esta guía las caídas son las lesiones más frecuentes en niños, aunque la mayoría de ellas son sin consecuencias graves. Están presentes en todos los grupos de edad, pero los niños de menor edad son los más propensos al no dominar por completo su aparato motor. Los pediatras recuerdan que la mayoría son evitables siguiendo pautas tan sencillas como estas:
– Uso de barandillas protectoras en escaleras.
– Instalar sistemas de seguridad en ventanas y balcones-
– Colocar cunas, sillas y cualquier superficie donde esté reposando el bebé lejos de ventanas.
– Nunca dejar solo al bebé en superficies como cambiadores.
– No recurrir a andadores.
– Evitar que el niño camine en suelos mojados, especialmente cuando aprende a andar.
– Durante los primeros pasos, retirar objetos que puedan causar caídas como alfombras.
Quemaduras
A diferencia de las caídas, las quemaduras tienen importantes consecuencias en los menores y es una causa frecuente de fallecimiento en niños. No sólo presentan gravedad de forma inmediata, tienen importantes consecuencias en el futuro, desde secuelas físicas hasta repercusiones estéticas.
Hay que tener en cuenta que el origen de las quemaduras puede estar en distintos lugares del hogar. Por ello hay que tener distintas pautas de seguridad para prevenirlas:
Quemaduras eléctricas:
– Colocar apliques protectores en todos los enchufes de la casa.
– No manipular cableado ni enchufes delante de los niños.
– Evitar, en la medida de lo posible el uso de alargaderas y ladrones. Éstos en todo caso deben ir tras algún mueble
Quemaduras solares:
– Alejar al niño del sol en las horas más peligrosas, en especial durante el verano.
– Utilizar cremas protectoras por todo el cuerpo a la hora de visitar las playas o en días de especial incidencia solar.
Quemaduras térmicas:
– Alejar a los niños de mechos de cigarrillos, velas y cualquier otro objeto emisor de una llama.
– Nada de jugar con petardos ni permitir su manipulación a los niños.
– Supervisar la actividad de los niños en la cocina y alejarlos de lugares emisores de calor.
– Alejar la sillita de los niños de estas fuentes emisoras de calor.
– Probar el agua antes de bañar al niño para comprobar si está a la temperatura correcta.
Mordeduras
La mayoría de las mordeduras en niños son causadas por animales domésticos, ya sea mascota propia o de algún vecino o conocido. Los perros suelen ser responsables del 60-95% de estas lesiones, seguidos de los gatos, 3-15%. La mayoría de ellas son superficiales y no precisan atención médica, pero si se advierten heridas más profundas hay una mayor probabilidad de infección y de complicaciones.
Estos son algunos consejos para prevenir estas situaciones:
– No elegir mascotas con carácter agresivo desarrollado. En cualquier caso se recomienda hablar con el responsable del centro de adopción sobre cuál es la mejor opción para traer a la familia y que desarrolle una buena relación con los hijos.
– Vigilar la salud de la mascota, tener al día el calendario de vacunaciones y desparasitaciones.
– En lugares públicos, la mascota debe estar sostenida por una correa y llevar bozal en el caso de que la normativa lo indique para su raza.
– Enseñar a los hijos que las mascotas no son juguetes y que no deben molestarlos, en especial cuando están comiendo, ni despertarlos de sus sueños.
– Los niños deben preguntar a los dueños si es agresiva la mascota antes de acercarse a acariciarla.
Cuerpos extraños
Todo objeto de pequeño tamaño es susceptible de causar daños a los niños. Ya sea introduciéndolos en la nariz, en el oído, o ingiriéndolo. No todos ellos cuerpos tienen el mismo riesgo; las pilas o baterías pueden dañar seriamente el tejido circundante, las semillas o huesos pueden aumentar su tamaño y empeorar la obstrucción.
Los consejos de AEP para prevenir en este sentido son:
– Enseñar a los niños a introducirse nada por orificios como la oreja o la nariz.
– No permitir que los hijos accedan a piezas de pequeño tamaño, ya sea de forma directa o porque se desprendan de alguno de sus juguetes.
– Limpiar la casa asiduamente para evitar que durante sus exploraciones, los jóvenes se encuentren con estos materiales.
– Enseñar a los niños a masticar bien.
– Recordar que mientras se juega o se corre, no se debe comer.
Damián Montero
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