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Las labores domésticas y su vínculo con la memoria

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Las tareas tareas domésticas son una gran ayuda para trabajar por la memoria.

Las tareas tareas domésticas son una gran ayuda para trabajar por la memoria. – ISTOCK

La memoria es un recurso muy importante que nos reporta muchos beneficios. Sin embargo, poco se suele trabajar en el día a día para mejorarlo. Actividades como la lectura, ejercicios de agilidad mental, y algunos crucigramas pueden ayudar en este sentido. Con el fin de poder impulsar esta capacidad, en especial a largo plazo, un nuevo estudio publicado en la revista BMJ Open señala una opción más en este sentido.

En concreto, el estudio indica que participar en las labores domésticas se traduce en una mejoría para la memoria. ¿La razón? Estas tareas aseguran que nos movamos, y la actividad física regular es una gran idea para mantener la salud física y mental en una forma óptima. De esta forma, al llegar a la edad adulta se reducen riesgos de desarrollar enfermedades de larga duración, así como otros problemas como la demencia.

La importancia de moverse

En este estudio participaron un total de 489 adultos con edades de entre 21 y 90 años, ninguno de ellos tenía más 5 enfermedades, ni problemas cognitivos, a la par que contaban con la capacidad de realizar tareas domésticas. Todos ellos se dividieron en dos grupos, de 21 a 64 años (los considerados jóvenes), y de 65 a 90 años, denominados como mayores.

Con el fin de evaluar su capacidad física se recurrió a la velocidad de marcha y a la rapidez para sentarse y levantarse de una silla. Al mismo tiempo se hicieron varias pruebas para evaluar la agilidad mental. Por último se realizaron varios cuestionarios sobre la intensidad y frecuencia de las tareas domésticas que realizaban de forma habitual, así como el número de otras rutinas físicas que llevaban a cabo.

Solo un 36% de los jóvenes y un 48% de los mayores cumplían con el nivel de actividad física recomendada gracias a las rutinas recreativas. Sin embargo, casi dos tercios de los mismos alcanzaban la meta con las labores domésticas. Las puntuaciones cognitivas eran un 8% y un 5% más altas, respectivamente, en los que realizaban un alto volumen de tareas domésticas ligeras o pesadas, en comparación con los que estaban en los grupos de bajo volumen.

Por su parte, la intensidad de las tareas domésticas se relacionó con capacidades cognitivas concretas. De hecho, las tareas domésticas pesadas se asociaron con una puntuación de atención un 14% más alta, mientras que las tareas domésticas ligeras se asociaron con puntuaciones de memoria corta y retardada un 12% y un 8% más altas, respectivamente.

Técnicas para mejorar la memoria

Además de las tareas domésticas, existen otras recetas para mejorar la memoria como las que proponen desde el Blog Neuron Up:

– Interpretar la hora de los relojes. Mirar la hora es una de las tareas más cotidianas. Solemos mirar el reloj varias veces cada día. Una tarea a priori sencilla, que puede resultar complicada para personas con demencia leve.

– Empareja las cartas. Consiste en descubrir las parejas entre un conjunto de cartas situadas boca abajo.Se trabaja la memoria episódica, la atención selectiva y la memoria de trabajo.

– Vestirse. Consiste en vestir la silueta de manera adecuada, teniendo en cuenta tanto el lugar y orden de colocación de cada prenda como el tipo de situación.

– Encontrar los peces. Encuentra los peces es un juego infantil que consiste en recordar de manera precisa el lugar donde aparecen los peces.

– Topos. Otra actividad infantil que trabajar la memoria es «Invasión de topos». Un juego en el que el paciente tiene que recordar primero en qué orden salen los topos y posteriormente reproducirlo, pero a la inversa. Se trabaja la memoria de trabajo y la atención sostenida.

Damián Montero

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