Las vacunas son de una de las grandes herramientas preventivas en el campo de la salud. Gracias a estas dosis muchos pequeños evitan contraer enfermedades y, al mismo tiempo, contagiárselas al resto de niños en el colegio. Es por este motivo que se aconseja a los padres que no dejen de lado el calendario de inyectables para evitar que tanto sus hijos y otros de la edad se pongan malos.
Sin embargo muchos padres, ya sea por desconocimiento o por haber recurrido a medios de información poco fiables, deciden no vacunar a sus hijos. Una apuesta que empieza a salir cara en algunos países como Italia, que con el fin de evitar el contagio de determinadas enfermedades, ha apostado por tomar medida contra aquellos progenitores antivacunas.
Posibles multas a los padres
La conocida como Ley Lorenzin empieza a ser una realidad en Italia. ¿Qué reza esta nueva normativa? El mando es claro, se negará la escolaridad a todos aquellos menores de 6 años que no hayan sido vacunados. Una medida que ya empieza a reflejarse tal y como informan desde Redacción Médica. En Bolonia ya se ha impedido a unos 300 niños acudir a su centro escolar (se estima que unos 5.000 están en la misma situación en este territorio).
Giulia Grillo, ministra de Sanidad de Italia, resume esta medida con una frase muy particular: «sin vacunas no hay colegio». Además de negar la escolaridad a los hijos sin vacunar, la Ley Lorenzin también prevé multas en torno a los 500 para aquellos padres que tomen esta decisión respecto a sus hijos.
Con esta medida Italia pretende alcanzar el 95% en sus índices de vacunaciones, aumentando el porcentaje actual que está en el 80%. Un dato que estaría a la altura de las exigencias de la Organización Mundial de la Salud. Una vía a través de la que evitar contagios como la epidemia de sarampión que recientemente enfermó a muchos niños en este territorio.
Importancia de las vacunas
Desde Unicef se recuerda a los padres la importancia de vacunar a los niños para garantizar una inmunidad frente a enfermedades que suelen ser mortales en algunos casos. Este organismo señala que estas dosis actúan reforzando las defensas del niño contra la enfermedad pero que únicamente tienen efecto si se administran antes de que aparezca el problema.
Vacunar a un niño cuando muestra síntomas de una enfermedad no tiene ninguna utilidad, sin embargo, hacerlo antes hace que el menor cuente con los anticuerpos necesarios para hacer frente a afecciones contagiosas como el sarampión o la varicela. También estas dosis son muy útiles para mantener a raya problemas tan serios como la tos ferina que puede causar la muerte de los más pequeños.
Unicef señala que en algunos casos los padres no vacunan a sus hijos por los posibles efectos secundarios que estas generan en los más pequeños: fiebre, tos, etc. Sin embargo, este organismo apunta que todos ellos tienen poca importancia, si se comparan con la posible enfermedad que acarrearían por el contagio de la misma. Otro motivo argumentado por algunos progenitores es que sus hijos padecen otra afección.
Desde Unicef se aclara que no hay que temer complicaciones en la enfermedad presente en los más pequeños. La vacunación es perfectamente compatible con los tratamientos de afecciones comunes como los catarros, aunque siempre se recomienda consultar al pediatra por posibles complicaciones con algún fármaco. En el caso de los bebés, este organismo recomienda mantener la lactancia para que el pequeño también reciba los beneficios de este alimento, como por ejemplo sus anticuerpos.
Damián Montero
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