La época de gripe es una de las de mayor preocupación para los padres. El contagio de este virus pone en peligro la salud de todos en el hogar y una vez dentro del mismo, es fácil que se propague de uno a otros. Una enfermedad que puede comprometer la integridad de los grupos de riesgo, en especial de los bebés, cuyos organismos no han desarrollado un sistema inmune fuerte.
Por ello, los padres deben asegurar una buena protección a sus bebés. Una finalidad para la que desde la Asociación Española de Pediatría, AEP, se brindan varios consejos. Recomendaciones con la que salvaguardar la salud de los más pequeños, ya que hasta los 6 meses de edad la vacuna contra la gripe no puede ser suministrada. Motivo por el que hay que asegurar otras medidas de prevención.
Cómo proteger a los bebés
Como se ha dicho, hasta los 6 meses no es recomendable suministrar la vacuna contra la gripe. De modo que cabe preguntarse, ¿cómo se puede prevenir este virus entre los más pequeños de la casa? La primera estrategia que debe seguirse es la de proteger a su entorno familia, creando un círculo de protección en torno al niño, evitando que el pequeño pueda estar en contacto con la enfermedad.
Si bien los pequeños no pueden vacunarse contra la gripe, los mayores sí que deben asegurar este inyectable de en el entorno familiar. Es muy importante y necesario en aquellos casos en los que los bebés tienen enfermedades de riesgo, como diabetes, asma, enfermedades neurológicas, renales, cardiacas, pulmonares, etcétera, es decir, enfermedades en las que la gripe pueda producir complicaciones.
La frecuencia con la que la gripe acaba causando la hospitalización está muy ligada a la edad, siendo más frecuente en los primeros meses de vida. En bebés sanos menores de dos años, es decir, aquellos que no tienen enfermedades de riesgo, la frecuencia con la que los niños con gripe acaban siendo ingresados en el hospital por complicaciones es similar a la de las personas mayores de 65 años, aunque en estos últimos la enfermedad suele conllevar consecuencias más graves.
Vacunas y otras medidas
Como se ha dicho, deben vacunarse principalmente el entorno familiar más cercano, es decir, las personas que convivan con el bebé de manera habitual: los padres, los abuelos, los hermanos u otros cuidadores. Del mismo modo, se debe apostar en casa por otras herramientas de prevención:
– Mantener alejado al bebé de adultos u otros bebés que tengan procesos respiratorios.
– Lavarse las manos frecuentemente.
– Cubrirse la nariz y la boca con un pañuelo al toser o estornudar. Asegurarse de tirar el pañuelo después de usarlo.
– Limpiar y desinfectar a menudo los juguetes y superficies de espacios comunes, especialmente si ha habido algún enfermo en el entorno familiar o en la guardería.
Damián Montero
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