El cuidado de los niños requiere en ocasiones más ojos y oídos que los padres no tienen. No es raro que en algún momento el ansia de investigar y la curiosidad de los más pequeños terminen por provocar alguna herida o una lesión en ellos. Son muchas las posibilidades que pueden desembocar en este resultado: el pomo de una puerta, la punta de un mueble e incluso líquidos que se están calentando.
Estos últimos accidentes suelen provocar en los niños escaldaduras, unas lesiones que deben ser tratadas de inmediato y de forma eficaz para evitar que vayan a más estos problemas. Actuar con rapidez y conocer a fondo estas heridas contribuye a que este incidente con líquidos calientes quede en un susto.
Qué son las escaldaduras
Los pediatras definen escaldaduras como lesiones provocadas por el contacto de líquidos o agua caliente con la piel o las mucosas. Este tipo de quemaduras son las más frecuentes en la infancia, especialmente en los niños menores de 2 años. Las partes que más quedan afectadas son las manos, los brazos y el cuello.
Estas lesiones requieren una rápida atención por parte de los padres ya que la piel de los niños soporta peor el calor que la dermis de los adultos. En ocasiones los menores pueden sufrir quemaduras a temperaturas que en los mayores no suponen ningún peligro. Por ejemplo la exposición de los más pequeños a líquidos a 60º C es capaz de causar quemaduras de tercer grado.
Cómo proceder en estos momentos
Una vez que se producen estos accidentes ya que saber qué se debe hacer y qué no es recomendable en estos casos. Los pediatras recomiendan a los padres actuar del siguiente modo ante estas situaciones:
– Hay que enfriar la quemadura rápidamente y aplicar agua fresca durante 10 o 20 minutos. Nunca se ha de emplear hielo para este fin.
– Retirar la ropa alrededor del área quemada siempre que no está pegada a la piel.
– Determinar si la quemadura es pequeña y superficial, en este caso sólo está la piel roja, y aplicar una crema hidratante. Habrá que vigilar si se producen cambios. También se recomienda tratar el dolor administrando paracetamol o ibuprofeno.
– En el caso de que la quemadura expulse líquido, hay que cubrirla con una gasa estéril. En caso de no tener, se puede emplear una sábana o una toalla limpias, sin apretarla para que no se pegue a la piel, y consultar con el pediatra.
Del mismo modo, los pediatras aconsejan nunca realizar ninguna de estas acciones:
– No aplicar hielo, mantequilla, dentífrico, ni otros remedios caseros sobre la quemadura.
– No romper las ampollas, ni retirar la piel muerta.
– No despegar la ropa de la piel.
– No encender el interruptor de la luz si huele a gas.
Prevenir escaldaduras
La mejor medicina siempre es la prevención, evitar que estos accidentes lleguen a suceder. Vigilar distintos elementos en el hogar y ponérselo difícil a los niños hará que en casa impere un clima de seguridad. Estos son algunos consejos:
– Debe impedirse, en la medida de lo posible, que los niños entren en la cocina. Si no es factible han de ser supervisados en todo momento.
– Colocar las sartenes y las cazuelas sobre el fuego de tal manera que el mango no sobresalga del mueble de la cocina.
– El mueble de la cocina tiene que ser fijo para que no bascule, provocando que caigan líquidos o alimentos calientes sobre el niño.
– No dejar sillas cerca para que el niño no pueda trepar.
Damián Montero
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