Moverse es una obligación. Hay que levantarse del sofá y salir a la calle para practicar ejercicio para mejorar nuestra salud. Sin embargo hay situaciones en las que esta actividad física puede ser perjudicial para la persona por no realizar prácticas de forma correcta.
Falta de calentamiento, equipo inadecuado o falta de rutina pueden suponer un peligro para la salud a la hora de practicar ejercicio. Para prevenir estos problemas te ofrecemos una lista con errores comunes que pueden hacerte daño si no tienes cuidado cuando realices una actividad física.
Errores en la práctica de ejercicio
1. Calentamiento inadecuado. Cualquier ejercicio requiere un calentamiento previo y estirar bien los músculos antes de ponerse a trabajar. Sin embargo muchas personas no dedican el tiempo que se merece esta actividad. Hay que centrarse en todas las zonas del cuerpo, desde la cabeza hasta los pies.
2. Equipo incorrecto. No todo el material deportivo sirve para lo mismo. A la hora de salir a caminar hay que elegir un buen calzado y no conformarse con las zapatillas deportivas comunes, especialmente en el caso de los niños que tienen sus pies en desarrollo. Cuidar esta zona del cuerpo con el equipo adecuado ayudará a prevenir problemas de salud.
3. Falta de rutina. Es cierto que los horarios a veces no ayudan a practicar ejercicio. Trabajo en los mayores y colegio en los menores hacen que en ocasiones se llegue demasiado cansado a casa y no apetezca salir a hacer ejercicio. Pero hay que tener una rutina habitual de actividad física ya que si esta falta es posible que el cuerpo se enfrente a una carga de trabajo que antes era habitual pero que ahora puede provocarle daño.
4. Falta de calentamiento postejercicio. Termina el ejercicio y lo único que está en la mente es descansar para recuperar energías. Pero esto puede costar más de un dolor de músculos. Al igual que al principio de la actividad, hay que volver a estirar, de esta forma el cuerpo se relaje y el ritmo cardíaco se acostumbre al nuevo estado.
5. Comer demasiado. Termina el ejercicio y uno piensa que ya está todo hecho. Por eso los almuerzos y las cenas se vuelven más copiosas. Hay que cuidar de igual modo la alimentación y no excederse con las calorías.
Incentivar el ejercicio
Como se ha dicho al principio, practicar ejercicio es muy importante. Por eso hay que saber cómo conseguir que los niños se impliquen en estas prácticas. Aquí tienes algunos consejos para conseguir que los más pequeños se animen a salir con los padres a divertirse mientras se ponen en forma:
1. No al sedentarismo. Cualquier tipo de actividad cotidiana es mejor que la opción sedentaria. Camina, utiliza la bicicleta y sube por las escaleras. Asegura el tiempo de estudio y de aprendizaje. Limita el tiempo frente al televisor y otro aparatos electrónicos.
2. Diversión y juego. Son preferibles las actividades en grupo, divertidas y al aire libre.
Seguridad. El entorno físico debe ser adecuado y sin peligros. Haz caso de las normas de seguridad para la práctica de deporte.
3. Adaptado a las condiciones de salud. La actividad física adaptada a cada situación de salud mejora globalmente el estado de salud y la evolución de los niños con enfermedad crónica y discapacidad.
4. Cuestión de hábitos. La práctica de ejercicio físico debe ser un hábito saludable desde la infancia. Los hábitos se mantienen fácilmente con el tiempo y se echan de menos cuando faltan.
5. Actividad prioritaria. Incorporar el ejercicio físico entre las actividades diarias de tu hijo. Aprovecha las actividades extraescolares e invierte en su salud.
6. Incopora el deporte a la rutina familiar. Da ejemplo. Realiza ejercicio físico y planifica actividades en familia si quieres que tu
hijo sea activo.
7. Hidratación. Asegura el aporte de líquidos, sobre todo cuando la actividad es intensa y el ambiente caluroso.
8. Ayuda a mantener una alimentación variada y equilibrada. Pilar fundamental para la salud junto con la actividad física.
9. Mejora la disciplina. Los beneficios del deporte requieren continuidad y mantener el hábito regularmente ayuda a que los niños eduquen su propia disciplina.
10. Aumenta la fuerza y la energía. La práctica deportiva también desarrolla fuerza muscular, resistencia y contribuye a tener más energía para realizar cualquier actividad. Todo ello incrementa la autoestima de los niños y la seguridad en sí mismos.
Damián Montero
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