Los niños están hechos para disfrutar de la actividad física al tiempo que juegan. Una vez cumplidas las responsabilidades, una tarde de diversión junto a sus amigos es algo bien merecido, y necesario para su desarrollo. Sin embargo, en ocasiones se producen eventualidades que dificultan que los más pequeños puedan moverse adecuadamente, privándolos de estos momentos.
Es el caso de la enfermedad de Sever que afecta a los pies de los más pequeños provocando un gran dolor que hace que no puedan caminar correctamente. Aunque no es grave, detectarla a tiempo y comenzar su tratamiento antes de que vaya a más para de este modo asegurar una buena calidad de vida a lo más pequeños de la casa.
Qué es la enfermedad de Sever
La enfermedad de Sever, que también se denomina epifisitis del calcáneo, es un problema óseo que causa gran dolor en los niños. Habitualmente se produce por la inflamación de un cartílago de crecimiento en talón, una zona ubicada en el extremo de un hueso en desarrollo donde, con el tiempo, las células de cartílago se convierten en células óseas.
Mientras se produce esta conversión en células óseas, los cartílagos de crecimiento se expanden y se unen dando lugar a los huesos. La enfermedad de Sever suele manifestarse en la etapa previa al estirón de la adolescencia. Al principio con dolor en el talón después de realizar una actividad física, pero conforme avanza estas molestias aparecen también en reposo. Finalmente esta sensación se agudiza dificultando el día a de los niños.
Como tratar la enfermedad de Sever
Para evitar que el día a día de los más pequeños se vea dificultad por estos problemas en el talón, es muy importante tratar la enfermedad de Sever. Una vez apreciados los síntomas, habrá que acudir a un podólogo para que determine si efectivamente estamos ante uno de estos casos e iniciar el tratamiento correspondiente.
El tratamiento de la enfermedad de Sever se divide en dos partes:
– Primera fase. Durante esta etapa el tratamiento se centrará en reducir la inflamación, para ello se aconseja el uso de terapias con las que se aplique hielo, se den masajes, ingesta de medicamentos antiinflamatorios y la reducción de la actividad deportiva. Es importante guardar reposo mientras persista la hinchazón.
– Segunda fase. Aquí se buscará evaluar las causas por las que se ha producido el aumento de la tensión en la fascia plantar y buscar soluciones definitivas. En este momento es especialmente importante realizar un correcto estudio de la marcha del niño ya que en la mayoría de los casos está provocada por una mala forma de pisar.
– Tercera fase. Mediante la realización de una plantilla personalizada se evitarán las recidivas y el niño puede continuar con normalidad su actividad deportiva en un periodo corto de tiempo.
Damián Montero
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