El día a día de los más pequeños puede verse alterado por muchos problemas, entre ellos el dolor de cabeza que puede hacer de la jornada de un niño un verdadero calvario. ¿Cómo poder ayudarlos a que estos momentos pasen rápido? ¿Cómo rebajar la agudeza de los síntomas? Sobre este tema ha tratado la Universidad de Harvard en uno de sus trabajos en donde expone una serie de pautas para tratar estas situaciones.
Una guía para que los padres puedan aprender a diferenciar entre el simple dolor de cabeza y la migraña con peores consecuencias para los más pequeños. Cada situación requerirá un tipo de ayuda distinto y un tratamiento específico. Aprender a reconocer los síntomas de cada uno de estos problemas de salud será de gran importancia a la hora de que los padres puedan ayudar s sus hijos.
Reconocer la migraña
Como se ha dicho en un primer momento, la migraña no es igual que el simple dolor de cabeza aunque puedan compartir síntomas. Por ejemplo, en ambos casos se experimenta dolor en distintas zonas del cráneo, si bien al contrario que en el caso de los adultos, las molestias en los niños no duran tanto por lo que puede considerarse como algo pasajero y no pensar en un problema mayor.
Por ello, desde Harvard se recomienda reconocer otros síntomas propios de la migraña como por ejemplo vómitos, náuseas, mareos o una sensación de dolor similar a la de una aguja clavándose contra la frente. Otro punto que puede ayudar a reconocer este problema en los más pequeños es la genética, si los padres ya presentaron estos problemas, hay una alta posibilidad de que los niños también los padezcan.
Sin embargo, no es posible hacer un diagnóstico a partir de un solo caso de dolor de cabeza. Los niños necesitan tener al menos dos episodios para ser diagnosticados con migraña. La periodicidad de los casos también ayudará a reconocer si se trata de un simple episodio de molestias o si las jaquecas van a repetirse y por lo tanto se precisa de un tratamiento adaptado a la situación.
Diagnóstico y tratamiento
Si las cefaleas son recurrentes en los niños, una cita con el pediatra será imprescindible. Este especialista recabará los síntomas previos y la historia clínica de los padres y de los hijos, también será importante hablar de los hábitos de vida de los pequeños para comprobar si estos son los que desencadenan los episodios de dolor de cabeza. Malas rutinas de sueño, estrés o un exceso de bebidas estimulantes pueden terminar por provocar estas situaciones.
El ibuprofeno puede ser un tratamiento muy efectivo una vez para enfrentar el dolor de cabeza episódico. También puede recurrirse al hielo para aliviar estas cefaleas al disminuir la inflamación que está provocando estas sensaciones. Tumbar al niño y colocar un caño relleno de cubitos o un artículo congelado como guisantes o cuadrados de espinacas ayudará bastante.
En el caso de las migrañas, se puede recomendar el uso medicamentos como amitriptilina y topiramato. También deben adaptarse los hábitos de vida a la nueva situación y evitar actitudes desencadenantes. Los horarios de sueño deberán ajustarse a las recomendaciones de los especialistas, bebidas con un fuerte componente de cafeína tendrán que reducirse al máximo.
Damián Montero
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