Son muchos los cuidados que debe afrontar una persona para conseguir un máximo bienestar. Por supuesto, todas estas atenciones deben ser mayores en los más pequeños de la casa para asegurarles un desarrollo correcto. Un buen ejemplo son los miramientos que deben tenerse con la dentadura. Una importante labor que recuerdan desde la Sociedad Española de Odontopediatría (SEOP).
Para conseguir esta meta, el cuidado de la salud dental, SEOP ha lanzado una campaña que tiene como principal medida el lanzamiento del Manual «Boquiabiertos». Unas páginas en donde este organismo ofrece cuatro sencillas recomendaciones a seguir que los profesionales ofrecen a los padres para compartir con sus hijos.
Cuidados de los dientes
Como se ha dicho, la finalidad de este manual es la de ofrecer a los padres sencillos consejos para asegurar la salud dental de sus hijos. Cuatro pasos con los que lograr esta meta y asegurar el cuidado de la dentadura:
Visitar el odontopediatra antes del primer cumpleaños:
– El odontopediatra es el profesional que puede ofrecer los mejores consejos para el cuidado de los dientes de los más pequeños. Se recomienda visitar a este experto para realizar una primera revisión dental antes del primer cumpleaños del niño.
– A partir del primer cumpleaños es importante hacer seguimiento del estado de la boca mediante revisiones mínimo una vez al año o más frecuentes dependiendo del riesgo de caries.
Cepillar los dientes con pasta con flúor:
– Desde el nacimiento del primer diente hay que limpiar los dientes al menos dos veces al día, por la mañana y antes de acostar al niño.
– Utilizar un cepillo con cerdas suaves para cuidar el esmalte.
– Desde que sale el primer diente usar una pasta con una concentración de 1000 partes por millón (ppm) de ion flúor, ya que sólo a partir de 1000 ppm el flúor es efectivo para proteger el diente contra la creación de caries.
– A partir de los 3 años esta cantidad se puede aumentar hasta 1450 ppm de flúor, pudiendo utilizar pasta de dientes para «adultos».
– Tratar la pasta dental como si de un medicamento se tratase. Este artículo debe guardarse fuera del alcance del niño y administrarla de la siguiente manera: el tamaño de un granito de arroz desde la erupción del primer diente y el tamaño de un guisante a partir de los 3 años de edad.
– No mojar el cepillo con agua antes de cepillar los dientes, ni aclarar la boca con agua después. Hay que escupir la pasta sobrante para que el flúor remineralice los dientes correctamente.
– Hay que limpiar el cepillo después de casa uso y cambiarlo cada 3 meses.
– Complementar el cepillado con un enjuague bucal con flúor diario ayudará a crear una buena rutina, siempre siguiendo las recomendaciones del odontopediatra.
Participación de los padres
– La salud bucodental de los niños es responsabilidad de los padres, que tienen que cepillarse los dientes junto a los niños y hacer un repaso constante hasta que tengan 7-8 años. Esto convertirá el cepillado de dientes en una acción diaria imprescindible.
– Hacer que el cepillado de dientes sea una actividad divertida para el niño. Para ello se aconsejan actividades que abarca desde elegir juntos el cepillo (del tamaño adecuado para la edad el niño) o la pasta que le guste.
– Hay que tener cuidado con la transmisión de bacterias entre padres e hijos. No hay que limpiar el chupete con la boca, no soplar la comida para enfriarla y nunca intercambiar los cepillos de dientes.
– Controlar el número de ingestas diarias y el tiempo que transcurre entre ellas. Cuando no se deja suficiente tiempo entre ingesta e ingesta, la saliva no puede neutralizar los ácidos de la placa y los dientes están en riesgo de perder minerales importantes, que es lo que puede llevar a la creación de caries.
Damián Montero
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