No todas las enfermedades requieren que un niño se quede en casa. En algunos casos, solo se requiere prevención para evitar la propagación de la enfermedad a otros. Conocer algo sobre cómo se propagan algunas enfermedades y tomar precauciones para reducir la transmisión de enfermedades puede ayudarte a tomar mejores decisiones con respecto a la salud tus hijos para llevarles o no al colegio.
Visto bueno para ir al colegio
Como regla general, si un niño puede realizar sus actividades normales sin cansarse, está comiendo y bebiendo normalmente y no tiene fiebre, diarrea o vómitos, puede asistir al colegio. Solo asegúrate de que descansen un poco más hasta que estén 100% recuperados.
Ten en cuenta que estar libre de fiebre significa no tener fiebre cuando no toma paracetamol o ibuprofeno. Algunos padres administran paracetamol o ibuprofeno a los niños para reducir la fiebre antes de enviarlos al colegio. Esto es problemático por dos razones:
1. Si un niño tiene fiebre es porque hay una infección en su cuerpo. Cuando el cuerpo está luchando contra una infección, es más susceptible a contraer otra enfermedad. Eso significa que un niño que va al colegio con fiebre medicada puede contraer una enfermedad más grave.
2. Enviar a un niño al colegio con una fiebre medicada significa que puede ser contagioso y propagar su enfermedad a otros sin saberlo.
Al considerar cómo mantener a los niños en el colegio, todavía se aplica el refrán: más vale prevenir que curar. Ayudar a los niños a aprender cómo cuidar sus cuerpos desde una edad temprana les ayudará a mantenerlos sanos y les iniciará en el camino correcto para aprender a cuidarse a sí mismos. En general, esto aumenta la cantidad de días que los niños están en el colegio y aprenden.
Prevención: la mejor manera de no enfermar
La prevención de la enfermedad es la mejor manera de mantener a los niños en el colegio. A los niños se les puede enseñar desde muy pequeños a desarrollar habilidades que les mantendrán saludables en el día a día. Modelar estos comportamientos para niños es la mejor manera de ayudarles a comprender su importancia y cómo implementarlos en sus actividades diarias.
Lavado de manos. Enseña a tus hijos a lavarse las manos correctamente y con frecuencia. Los niños (realmente, todos) deben lavarse las manos:
– Antes de las comidas
– Antes de preparar la comida
– Antes de tocar sus ojos, nariz o boca (por ejemplo, sonarse la nariz, cepillarse los dientes, quitar las lentillas)
– Después de usar el baño
– Después de estar en la calle
– Después de tocar animales
– Después de viajar en transporte público
– Después de estornudar o toser
Cómo lavarse bien las manos:
1. Mojar las manos con agua corriente limpia y aplicar jabón.
2. Frotar las manos prestando especial atención al dorso, entre los dedos y debajo de las uñas.
3. Frotar las manos juntas durante al menos 20 segundos. A los niños se les puede enseñar a que tienen que cantar el Feliz Cumpleaños dos veces seguidas para medir la cantidad de tiempo correcta.
4. Enjuagar ambas manos con agua corriente. Dígales a los niños que los gérmenes de sus manos «se van» por el desagüe.5. Secar las manos con una toalla limpia.
Si las manos no están visiblemente sucias y no tenemos agua corriente para lavarnos las manos, se debe animar a los niños a que usen un desinfectante de manos a base de alcohol.
Protegiendo a los demás
Los niños pueden aprender técnicas para evitar la propagación de enfermedades a otros, especialmente durante el período de incubación (el tiempo antes de que aparezcan los síntomas, pero cuando la enfermedad ya se encuentra en el cuerpo).
1. Anima a los niños a estornudar en su codo en lugar de sus manos para evitar la propagación de gérmenes a otros.
2. Esneña a los niños cómo limpiar la nariz con un pañuelo de papel en lugar de frotarse la mano o el brazo con la nariz.
3. Enseña a los niños a lavarse las manos después de usar el baño.
4. Enseña a los niños a lavarse las manos después de sonarse la nariz o estornudar.
Protegerse a sí mismos
Además del lavado de manos adecuado y oportuno, los niños pueden reducir el número de infecciones que tienen:
1. Manteniendo las manos lejos de sus ojos, nariz y boca. Aquí es donde los gérmenes entran más a menudo en el cuerpo. Esto puede ser particularmente difícil en niños que se muerden las uñas.
2. Enseñar a los niños a no compartir botellas, alimentos, bálsamos labiales o dulces puede disminuir las rutas por las que los gérmenes entran en el cuerpo.
3. Comiendo una dieta saludable y equilibrada para apoyar un buen sistema inmunológico.
4. Durmiendo lo suficiente para obtener el descanso adecuado.
Deanna Marie Mason, experta en educación y salud familiar. Autora del blog Dr. Deanna Marie Mason. Un enfoque educativo sobre la adaptación
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