La contaminación atmosférica es un riesgo potencial para la salud de las personas. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), «la contaminación atmosférica urbana aumenta el riesgo de padecer enfermedades respiratorias agudas, como la neumonía, y crónicas, como el cáncer del pulmón y las enfermedades cardiovasculares».
No obstante, la contaminación atmosférica afecta de distinta manera a las personas. Así, los efectos más graves se producen en las personas que ya están enfermas. Y los grupos más vulnerables son los niños, los ancianos y las familias de pocos ingresos y con un acceso limitado a la asistencia médica.
La OMS calcula que en el mundo mueren 1,3 millones las personas al año a causa de la contaminación atmosférica urbana y que más de la mitad de esas defunciones ocurren en los países en desarrollo. En España, se contabilizan hasta 15.000 muertes prematuras anuales por las consecuencias de la contaminación atmosférica sobre la salud: problemas respiratorios, cardiovasculares, de piel, psicológicos… son algunos de los más frecuentes.
El Dr. Alberto García Valdés, Jefe de endocrinología y nutrición del Hospital San Francisco de Asis, nos explica cómo afecta la contaminación a la salud
La contaminación afecta al sistema inmunológico
Una buena salud depende en gran parte de un sistema inmune fuerte, que es quien tiene la capacidad para proteger al organismo frente a las enfermedades. Entre los factores que pueden alterar las defensas inmunitarias está la exposición mantenida a un aire contaminado, que altera la capacidad reactiva celular y humoral del organismo.
El medio en el que viven muchos millones de personas se ha ido llenando de sustancias irritantes y alergénicas que nunca antes habían estado en esos niveles. La consecuencia de la contaminación es el espectacular incremento en la incidencia del cáncer, alteraciones hormonales, de la infertilidad, patologías neurológicas, procesos alérgicos, enfermedades autoinmunes… y todas estas patologías están relacionadas con factores ambientales
Los altos niveles de contaminación y su relación con la salud mental
El estrés es la forma de respuesta de los seres vivos para adaptarse a las condiciones cambiantes del entorno y nos pone en alerta cuando percibimos peligro, o nos adapta para realizar una actividad determinada. Sin embargo, cuando nuestra capacidad de respuesta o resistencia se ve superada por la persistencia o intensidad de la agresión, se produce un estado crónico de defensa neuroendocrinológica y posteriormente un agotamiento, que da lugar a muchas enfermedades de tipo mental o psicológico.
La contaminación ambiental, como forma mantenida de situación estresante, disminuye la concentración, aumenta las alteraciones de ansiedad y depresión, vuelve a las personas más irritables o agresivas, hiperactividad, produce trastornos del sueño y otros tipos de alteración de la salud mental.
La contaminación no afecta a todas las personas por igual
Según los especialistas en Endocrinología, la contaminación afecta a todos los seres vivos. Tanto a plantas como a animales, incluyendo al ser humano. La mala calidad del aire respirado puede ocasionar en España hasta 15.000 muertes prematuras cada año. La edad también importa, porque los niños, adolescentes y los mayores de 60 o 70 años son más sensibles.
En el caso de las enfermedades respiratorias, el asma es mucho más frecuente en niños que viven en ambientes contaminados y en personas mayores aumenta la incidencia de EPOC, enfermedades cardíacas y arteriosclerosis. Los niños, con un sistema inmunológico en pleno desarrollo son más susceptibles a sufrir alergias respiratorias, igual que las personas de edad avanzada, con otras enfermedades asociadas y los sistemas de defensa más debilitados.
El efecto negativo de la contaminación en las mujeres embarazadas
La contaminación afecta al embarazo. Las mujeres embarazadas expuestas a altos niveles de contaminación ambiental tienen más posibilidades de tener hijos con bajo peso al nacer. Diversos estudios internacionales concluyen que el número de niños con menos de 2.5 kg. al nacer, es mayor en los lugares más contaminados, lo que incluye consecuencias graves para su salud, con aumento de enfermedades y de mortalidad perinatal. Otros informes inciden en mayor incidencia de hipertensión gestaciones, elevando el riesgo de cesáreas y de parto prematuro en mujeres que viven en zonas de alta contaminación del aire.
La contaminación es una de las grandes plagas del siglo XXI. Introducir grandes cantidades de elementos extraños a un determinado medio produce graves problemas en el equilibrio de los sistemas naturales. Para disminuir la contaminación es necesaria la colaboración de todos si se quiere mejorar la calidad de vida y la conservación de nuestro planeta.
Marisol Nuevo Espín
Asesoramiento. Dr. Alberto García Valdés, Jefe de Endocrinología y Nutrición Hospital San Francisco de Asis y miembro de Top Doctors.
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