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Cibercondría, cuando internet confunde el estado de salud

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La cibercondria es uno de los efectos negativos de las nuevas tecnologías.

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Las nuevas tecnologías han traído una nueva venta a través de la que acceder a información. Ya sea noticias del día a día o acceder al correo electrónico para conocer novedades sobre la empresa en la que se trabaja, así como visitar enciclopedias donde se depositan numerosos. Sin embargo, todo en exceso es malo, y la red alberga conocimiento que puede confundir a los usuarios.

Cuando una persona tiene una dolencia, antes acudía al médico para pasar por una revisión y recibir un diagnóstico. Sin embargo, no son pocos los que sustituyen la visita a la consulta por navegar por internet y utilizar los motores de búsqueda para introducir sus síntomas y que la red le ofrezca una serie de resultados que tengan en cuenta los datos introducidos. A esta situación se le conoce cibercondría.

Ansiedad por exceso de datos

Julia Pascual, psicoterapeuta oficial del Centro de Terapia Breve Estratégica del psicólogo Giorgio Nardone, explica que la cibercondria se realaciona con un trastorno de ansiedad que padecen algunas personas con un impulso por el autodiagnóstico. Al igual que en el caso de los hipocondríacos, las personas con este problema toman como referencia sus síntomas y llegan a una conclusión errónea sobre su estado de salud.

Sin embargo, si bien los hipocondríacos no tienen base en la que apoyarse, más allá de su imaginación, en el caso de los cibercondriacos sí que dan con un «diagnóstico» en alguna página web de salud. En lugar de acudir a un médico a contrastar este resultado, lo dan por bueno y comienzan a tratar esta patología sin tenerla.

Tomando como referencia las palabras del profesor Manuel Castells, hay que tener en cuenta cómo internet ha hecho que el alarmismo se cuele en algunos hogares donde antes era inimaginable. Esto concuerda con la idea del padre preocupado por su hijo, que nada más advertir un síntoma, acude a la red para saber qué le ocurre, encontrando información falsa.

En estos casos esta preocupación se mezcla con el miedo a las largas colas en salas médicas. El deseo de todo padre es que su hijo se recupere pronto, y eso pasa en primer lugar por un rápido diagnóstico, algo que no sucede si se decide acudir al pediatra en donde hay que pedir cita y esperar al turno mientras entran y salen pacientes previos.

Calma y las cosas claras

¿Qué se recomienda en estos casos? El primer paso es mantener la calma y recordar que es la opinión de un médico la que debe valer. Ha de ser un profesional siempre quien emita un juicio tras pasar consulta al paciente. Un examen en directo del niño siempre ofrecerá mejores resultados que la búsqueda basada en síntomas apreciados y que pueden exagerarse en multitud de ocasiones.

Hay que recordar que el pediatra no solo tendrá en cuenta los síntomas presentados por el niño, también el historial clínico y otros datos familiares antes de emitir un juicio. Esto permitirá que el diagnóstico se ajuste mejor a la realidad que los resultados de una búsqueda en internet, algo que además facilitará el tratamiento en el caso de descubrir que efectivamente hay un problema.

En definitiva, tener las cosas claras. Internet no es un profesional de la medicina y sólo este puede diferenciar entre un enfermo y un paciente sano. Hay que calmarse y recordar que buscar en la red sólo puede empeorar la situación o preocupar en exceso ante una situación que merece tal atención.

Damián Montero

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