Se fueron las nubes, el cielo se aclara y los días se alargan. El buen tiempo se aproxima cada vez más y lo que apetece a todas las familias es aprovecharlo. Salir a dar un paseo, organizar una excursión al campo, una escapada a la playa. Fantásticos planes con los que compartir grandes momentos con todos los miembros del hogar. Pero antes de poner un pie fuera de casa hay que tener precauciones.
Si durante el invierno era el frío el que hacía peligrar la salud, ahora es el sol el que puede poner en peligro la integridad de las personas. Hay que tener en cuenta una serie de consejos a la hora de salir con el buen tiempo para que los más pequeños no tengan ningún peligro al que atenerse y puedan disfrutar al máximo de esta experiencia en familia.
Peligro en la piel
Los pediatras advierten que el principal problema al que se enfrentan los más pequeños de la casa es al que se puede producir en su piel. Los especialistas explican que en los últimos años se ha detectado un aumento alarmante en el número de casos de cáncer en esta zona del cuerpo.
Estos tumores se producen porque las radiaciones solares, además de causar quemaduras, envejecimiento cutáneo precoz en la piel, también producen efectos cancerígenos sobre la dermis. Muchos estudios han comprobado que los rayos ultravioleta son los principales responsables de esta situación. Especialmente los bebés y los niños menores de 3 años son los más sensibles a los efectos nocivos de estas radiaciones.
Cómo protegerse del sol
Los padres deben velar por la seguridad de sus hijos cuando se exponen al sol. Estas son algunas de las medidas que se pueden aplicar para este fin:
– Evitar la exposición prolongada al sol, sobre todo en las horas centrales del día.
– Buscar sombras en los espacios abiertos o proveerse de sombrillas.
– Usar cremas o lociones con filtro solar que sean resistentes al agua (si no fuera así, aplicar repetidamente), con un factor de protección 15 o superior.
– Emplear gorros o mejor sombreros con ala.
– Utilizar ropas que cubran buena parte del cuerpo, como camisetas con mangas y pantalones tipo bermudas, cuando se permanezca en áreas soleadas.
– Llevar gafas de sol oscuras, con filtro para rayos UV. Esto protege la delicada piel que rodea los ojos y previene además el desarrollo precoz de cataratas.
Mitos del sol
Como todo en esta vida, las quemaduras solares han creado su propia mitología al respecto. Estas son algunas afirmaciones falsas y verdaderas sobre este tema:
– No te puedes quemar en un día cubierto. Falso: aunque las nubes atenúan la radiación UV, la radiación difusa es suficientemente intensa como para quemarte, a no ser que las nubes sean bajas y gruesas.
– Demasiado sol es peligroso, independientemente de la edad. Verdadero: la piel humana y el sistema inmunológico son sensibles a la radiación UV durante todo el ciclo vital.
– Las cremas solares me protegen, así que puedo tomar el sol mucho más tiempo. Falso: las cremas solares protegen, pero su eficacia decrece después de la aplicación. No se debe estar al sol más tiempo del indicado por el «Factor de Protección Solar».
– Deberías evitar el sol en verano entre las 12 y las 17 horas. Verdadero: debido a la mayor elevación solar, la radiación solar UV es muy alta en las horas centrales del día.
– Si no siento calor cuando estoy al sol, no me quemaré. Falso: la radiación ultravioleta no se siente porque es absorbida por las capas más externas de la piel.
– La radiación ultravioleta no afecta solamente a la piel, sino también a los ojos. Verdadero: las quemaduras de piel son posiblemente el efecto más conocido, pero la radiación UV puede dar lugar al desarrollo de cataratas y a ceguera transitoria en lugares nevados.
Damián Montero
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