No se puede tratar aquella enfermedad que no ha sido diagnosticada. Realizar un examen médico puede ayudar a que los más pequeños enfrenten sus problemas de salud de manera temprana. Así lo destaca la doctora Marina Medina Navarro, del Hospital Nuestra Señora de la Salud de Granada, quien explica la necesidad de realizar un cribado habitual en los jóvenes con el fin de diagnosticar la diabetes tipo 2.
Un cribado que tiene como finalidad detectar este trastorno que surge de la resistencia y deficiencia relativa a la insulina. Según Medina Navarro muchos casos de diabetes tipo 2 permanecen ocultos por la ausencia de este cribado que hace que muchos menores atraviesen este problema sin un tratamiento efectivo. Además, las posibilidades de que aparezca uno de estos casos son mayores en una época en la que la obesidad se ha expandido tanto entre las nuevas generaciones.
Casos asintomáticos
Según Medina Navarro el inicio de la diabetes tipo 2 sucede con más frecuencia durante la adolescencia, etapa donde se presentan los niveles máximos de insulina, así como una disminución en torno a un 30% de su sensibilidad. El problema es que este trastorno es a menudo asintomático. Es posible detectar algunos de los síntomas clásicos como poliuria, polidipsia, visión borrosa y pérdida de peso, en asociación con glucosuria e incluso cetonuria.
La presencia de estos síntomas puede ser ocasional, con aparición de cetoacidosis diabética o crisis hiperosmolar no cetósica. Ante esta situación, la especialista recomienda realizar cribados y tratamientos efectivos desde edades tempranas con el fin de prevenir los problemas de salid que aparecerán en el futuro como consecuencia de este trastorno en el organismo.
Medina Navarro explica que los jóvenes con diabetes tipo 2 presentan una pérdida de esperanza de vida de 15 años por la presencia de hipertensión, que afecta al 10-32% de los pacientes; microalbuminuria, 14-22%, de los diagnosticados; retinopatía, 9,3%,; dislipidemia, en hasta el 85%. En el 22% de los jóvenes también es posible la aparición de enfermedad hepática grasa no alcohólica.
Grupos de riesgo
Para evitar este problema, como se ha dicho, es importante realizar un diagnóstico de la diabetes tipo 2 que permita inicia un tratamiento efectivo en los jóvenes. Especialmente, este cribado debe realizarse en grupos de riesgos que tengan una mayor probabilidad de presentar este trastorno en su organismo:
– Niños con sobrepeso.
– Niños con antecedentes familiares de diabetes tipo 2.
– Niños con síntomas de resistencia a la insulina o condiciones asociadas con resistencia a la insulina: acantosis nigricans, hipertensión, dislipemia, síndrome de ovario poliquístico.
– Niños cuyas madres presentaron diabetes gestacional.
Una vez detectada la diabetes tipo 2, iniciar el tratamiento contra este trastorno ayudará a la prevención de los problemas causados por el mismo. Estos son algunos de los puntos que deben ser tenidos en cuenta según el Diabetes Teaching Center at the University of California, San Francisco:
– Monitoreo del azúcar y de las cetonas en sangre. Esta revisión debe ser regular y formar parte de la vida cotidiana, los padres deben hablar con sus hijos para explicar la importancia de realizar esta actividad y no saltársela nunca
– Tomar medicamentos para la diabetes tales como píldoras, medicinas inyectables o hasta insulina. Los padres deben asegurarse de que sus hijos siempre porten consigo algún kit para emergencias, especialmente cuando acudan a casa de algún amigo o familiar a pasar la noche.
– Solución de problemas. Conocer cómo y cuándo deben ajustarse las dosis de medicamentos para evitar altas o bajas de los azúcares en sangre
– Estilo de vida que ayude a normalizar los niveles de azúcares en sangre. La dieta del niño debe tener en cuenta esta circunstancia para evitarle problemas mayores.
Damián Montero
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