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Apendicitis: síntomas que deben hacer saltar las alarmas

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La apendicitis tiene unas señales muy claras que hay que saber reconocer.

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Prevenir siempre es mejor que curar. Es cierto que hay ciertos problemas de salud de los que no se puede escapar. Sin embargo, sí que se puede actuar con celeridad y antes de su detección atendiendo a algunos de sus síntomas, que pongan en alerta a los padres antes del diagnóstico. Un ejemplo es la apendicitis, una situación que si se detecta a tiempo puede solucionarse pronto, evitando que derive en daños más graves.

Desde el servicio de sanidad canadiense se dan una serie de señales en las que pueden fijarse los padres para poder sospechar de la presencia de apendicitis en sus hijos. Una manera de prevenir problemas más graves como la peritonitis, inflamación del peritoneo que es una capa que rodea todos los órganos del abdomen que puede conllevar el fallecimiento del menor.

Qué es la apendicitis

El servicio de sanidad canadiense define la apendicitis como la inflamación del apéndice. Este órgano es una estructura tubular pequeña que se encuentra unida a la primera parte del colon. Se ubica en la zona inferior derecha del vientre de los pacientes. No se le conoce ninguna función en el cuerpo y su presencia es un vestigio de algún elemento en el organismo de nuestros antepasados.

La apendicitis se presenta cuando este órgano se obstruye. Otra de las explicaciones de esta inflamación es la presencia de alguna infección en esta zona del organismo. No hay factores de riesgo demostrados hasta la fecha, aunque sí que se ha detectado que en menores de 2 años es menos probable que aparezca, suele ser más común en adolescentes y en adolescentes.

Síntomas de la apendicitis

Ante los riesgos que entraña la apendicitis, desde el servicio de salud canadiense se refieren varios síntomas que pueden poner en alerta a los padres para que de este modo puedan intervenir de forma temprana y evitar los problemas más graves:

– Dolor alrededor en la zona abdominal, concretamente a la altura del ombligo, también es posible que se ubique a la derecha del vientre, que empeora al ejercer una presión leve en la zona, con la respiración profunda o con el movimiento.

– Pérdida del apetito, la inflamación hace que el niño pierda las ganas de comer.

– Náuseas y vómitos.

– Fiebre que alerta de la presencia de la infección del apéndice.

– Diarrea o estreñimiento. Síntomas menos comunes de la apendicitis, pero también deben ser tenidos en cuenta si aparecen con otros de los antes mencionados.

Ante la advertencia de uno de estos síntomas, o de varios, habrá que acudir al médico para realizar distintas pruebas que diagnostiquen esta afección. Análisis de sangre y de orina y una ecografía son los métodos más empleados para la detección de la apendicitis en los más pequeños. Si se confirma esta inflamación lo más habitual es proceder a la extirpación del órgano vestigial.

Dos son las técnicas más empleadas para esta extirpación:

Laparoscopia. Los cirujanos realizan pequeñas incisiones en el abdomen por donde se insertan los instrumentos para extirpar el apéndice. Esta técnica se caracteriza por un corto post-operatorio y la recuperación más rápida del paciente.

Laparotomía. Se presenta como la técnica de cirugía más convencional. En este caso la incisión es mayor. Normalmente se realiza paralela a la ingle en la parte derecha inferior del abdomen, que es donde se sitúa el apéndice.

Damián Montero

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