La apendicitis es una afección bastante conocida por todos. Caracterizada por el dolor agudo y punzante en la zona del abdomen, y especialmente por el tratamiento para poner fin a este problema: extirpar el apéndice mediante una operación. Si bien no ocurre nada por quitar este órgano, este sí que está comprobado que tiene un papel a la hora de luchar contra las infecciones del sistema digestivo.
Eso por no hablar del tratamiento más invasivo al que se puede someter una persona: una operación. Sin embargo estas intervenciones quirúrgicas podrían ser cosa del pasado de aquí a unos años puesto que un grupo de investigadores de Reino Unido y Canadá han descubierto que los antibióticos pueden ser una buena herramienta a la hora de poner fin a la apendicitis.
Éxito en el 83% de casos
Este estudio, publicado en la revista Pediatrics, revisó los resultados de otros 10 trabajos relacionados con esta temática. En total se analizaron los datos 766 niños de todo el mundo y en donde 413 menores recibieron un tratamiento con medicinas para su apendicitis sin sufrir ninguna complicación. Es decir, un 97% de los casos consiguieron remitir en cierta medida esta afección con medicación y no con intervención quirúrgica.
Sin embargo el 14% de los menores tratados con antibióticos a la postre terminaron por necesitar una intervención quirúrgica, algunos muchos años después y otros algunas semanas. Lo que finalmente un 83% de casos en los que esta técnica para paliar la apendicitis en niños fue totalmente efectiva y no precisó de operación para hacer remitir el problema.
Próximas investigaciones
Los resultados de este estudio deben tomarse con precaución. Estos datos no quieren decir que la apendicitis deba tratarse exclusivamente con antibióticos, sino que se abre una línea de investigación muy interesante dentro de la Medicina. De todos estos 10 trabajos, sólo 1 estaba centrado en comprobar si estos medicamentos podían suplantar la cirugía.
Se precisan de nuevos trabajos en los que se profundice en este tratamiento alternativo de la apendicitis, especialmente para comprobar el porcentaje de casos en los que se precisaría de operación. Por ahora se recomienda tomar estos datos como justificación para nuevas investigaciones futuras con el fin de saber hasta qué punto son efectivos los antibióticos con este fin.
Detectar la apendicitis
Mientras se descubre qué tratamiento es el mejor para la apendicitis, el primer paso para combatirla es detectarla. Estos son los síntomas que deben poner en alerta para cudir al médico y zanjar esta situación antes de que desemboque en una peritonitis:
– Dolor en la zona del ombligo. Es el síntoma más conocido de la
apendicitis: un fuerte dolor en la zona del ombligo que se puede manifestar desde en forma de pinchazos hasta malestar parecido al que habitualmente producen otros casos como la gastroenteritis o los cólicos.
– Fiebre. Ante la apendicitis, una de las reacciones que tendrá el cuerpo es elevar la el calor con el fin de eliminar este problema al igual que hace con otras infecciones. La temperatura es un indicativo de hasta qué punto ha avanzado este problema, unas décimas indicará que no es grave, alcanzar los 39º es un indicativo de que hay que actuar con presteza,
– Temblores. Parecidos a los que se tiene con gripe, se trata de otro mecanismo que emplea el organismo con el fin de eliminar este problema. Si estos temblores aparecen con otros síntomas, hay que sospechar con más razón de la apendicitis.
– Estreñimiento. La cercanía del apéndice al intestino hace que tras inflamarse, obstruya estas vías haciendo más difícil la evacuación de heces. Si el niño habitualmente no tiene estos problemas y comienza a tener fiebre, hay que valorar la apendicitis como causa e esta situación.
– Descenso del apetito. La inflamación del apéndice y su influencia en el aparato digestivo hacen que el cuerpo tenga molestias cuando pasa alimentos por él. Es por este motivo que el organismo rechaza la entrada de ellos para evitar padecer estos dolores.
Damián Montero
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