Llega la primavera y todos tenemos ganas de tomar el sol. sobre todo cuando llegan las primeras vacaciones del año, las de Semana Santa, cuando lo habitual es quemarse. En ocasiones, la razón es que tomamos el sol sin pasar calor, de forma agradable, pero sus efectos en la piel son los mismos que en verano. Elegir el fotoprotector adecuado tanto si vais a la playa, al campo o a la montaña es esencial para evitar quemaduras solares, envejecimiento prematuro y cáncer de piel.
Los fototipos de piel fueron desarrollados por el dermatólogo estadounidense Thomas B. Fitzpatrick en la década de 1970. Fitzpatrick creó una escala de seis tipos de piel basados en la respuesta de la piel al sol y la capacidad de broncearse o quemarse. La escala se utiliza ampliamente en la actualidad para ayudar a determinar el riesgo de daño solar y la necesidad de protección solar en diferentes tipos de piel.
Los seis fototipos de piel según la escala de Fitzpatrick son los siguientes:
Fototipo I: piel muy clara, cabello rubio o pelirrojo, ojos claros. Siempre se quema y nunca se broncea.
Fototipo II: piel clara, cabello rubio o castaño claro, ojos claros. Se quema con facilidad y se broncea muy poco.
Fototipo III: piel clara a intermedia, cabello castaño, ojos de color marrón claro. Se quema con cierta facilidad y se broncea gradualmente.
Fototipo IV: piel intermedia, cabello oscuro, ojos oscuros. Se quema con dificultad y se broncea con facilidad.
Fototipo V: piel morena, cabello oscuro, ojos oscuros. Raramente se quema y se broncea con mucha facilidad.
Fototipo VI: piel muy oscura, cabello negro, ojos oscuros. Nunca se quema y se broncea con mucha facilidad.
El tiempo que cada fototipo de piel puede estar al sol varía, ya que depende de factores como la intensidad del sol, la hora del día, la ubicación geográfica y la cantidad de protección solar que se utiliza. Sin embargo, en general, se recomienda que las personas con fototipos de piel I y II eviten la exposición prolongada al sol, especialmente durante las horas pico de radiación solar. Las personas con fototipos de piel III a VI pueden tolerar un poco más de tiempo al sol, pero también deben tomar precauciones y protegerse adecuadamente con ropa, sombreros y protector solar de amplio espectro.
¿Qué tipo de fotoprotector solar necesito?
El tipo de protector solar que necesita cada fototipo de piel puede variar según el nivel de sensibilidad y la capacidad de bronceado de cada persona, sin embargo, a continuación te doy algunas recomendaciones generales:
Fototipos I y II: se recomienda el uso de protectores solares con un alto factor de protección solar (FPS) de al menos 30 o superior, y que sean de amplio espectro para proteger contra los rayos UVA y UVB. Además, se recomienda utilizar sombreros y ropa de protección para minimizar la exposición al sol.
Fototipo III: se recomienda un FPS de 15 o superior, y que sean de amplio espectro para proteger contra los rayos UVA y UVB. Se pueden utilizar sombreros y ropa de protección para minimizar la exposición al sol, especialmente en días de alta radiación solar.
Fototipos IV, V y VI: se recomienda un FPS de 15 o superior, y que sean de amplio espectro para proteger contra los rayos UVA y UVB. Se pueden utilizar sombreros y ropa de protección para minimizar la exposición al sol, especialmente en días de alta radiación solar.
Es importante recordar que el protector solar debe aplicarse correctamente, preferiblemente 30 minutos antes de la exposición al sol, y reaplicarse cada 2 horas, o después de nadar o sudar excesivamente. Además, se debe evitar la exposición directa al sol durante las horas de mayor intensidad, entre las 10 a.m. y las 4 p.m., y buscar sombra siempre que sea posible.
Mito y realidad sobre la protección solar
Mito: Si utilizo un protector solar con un factor de protección más alto, no me broncearé o me broncearé menos.
Realidad: La elección del factor de protección solar adecuado no afecta al bronceado de la piel, sino que se relaciona principalmente con el tiempo que la piel puede permanecer protegida de las radiaciones solares. Por ejemplo, si una persona con fototipo de piel I, que se quema fácilmente, puede permanecer 10 minutos al sol sin protección antes de quemarse, al utilizar un protector solar con un factor de protección de 20, su piel estará protegida durante 200 minutos (10 minutos x 20 = 200 minutos). Si esta persona decide utilizar un protector solar con factor de protección 50, su piel estará protegida durante 500 minutos (10 minutos x 50 = 500 minutos).
Por lo tanto, si se quiere ahorrar tiempo y tener una protección solar más prolongada, se recomienda utilizar un protector solar con un factor de protección alto y adecuado para cada tipo de piel. Es importante recordar que el uso de protector solar no impide el bronceado de la piel, sino que lo protege y evita posibles daños causados por la exposición al sol, como quemaduras, manchas y envejecimiento prematuro de la piel.
Mito: Si está nublado, no es necesario utilizar protector solar.
Realidad: Es importante utilizar protector solar incluso en días nublados, ya que los rayos UV pueden atravesar las nubes y dañar la piel. Además, la piel puede broncearse y sufrir daños incluso en días nublados.
Mito: El protector solar solo es efectivo si se aplica 30 minutos antes de exponerse al sol.
Realidad: Este es solo el caso con los filtros solares químicos. Sin embargo, si se utiliza un filtro solar físico como el de Maminat, es suficiente aplicarlo en el momento en que se va a tomar el sol.
Mito: Si no se utiliza protector solar, se obtendrá un bronceado más intenso.
Realidad: En lugar de un bronceado más intenso, lo más probable es que aparezcan quemaduras en la piel y se produzcan daños en la salud de la piel.
Mito: El protector solar pierde su efecto por completo cuando se entra en el agua.
Realidad: Esto depende de la duración del baño. Si es muy largo, es posible que la crema solar desaparezca. Sin embargo, si el baño es corto, el protector solar seguirá siendo efectivo. Después del baño, se recomienda aplicar de nuevo la crema solar en la piel seca para garantizar una protección adecuada.
Mito: El protector solar del año pasado ya no vale.
Realidad: Los protectores solares tienen fecha de caducidad, pero mientras estén dentro de su fecha y se hayan conservado correctamente, seguirán siendo efectivos.
Mito: No existe diferencia entre filtro solar químico o físico.
Realidad: Los filtros químicos pueden contener sustancias perjudiciales y alergénicas, mientras que los filtros físicos son naturales y no suelen causar alergias ni penetrar en la piel.
Mito: El filtro solar físico es menos eficaz que el químico.
Realidad: Aunque el filtro físico pueda ser más untuoso, no penetra en la piel y actúa como una pantalla que refleja los rayos solares, siendo una opción más segura y efectiva que los filtros químicos.
Mito: El filtro solar no afecta al medioambiente.
Realidad: Los filtros solares químicos pueden contener sustancias perjudiciales para la vida marina, por lo que se recomienda optar por filtros físicos que sean menos dañinos para el medio ambiente.
¿Qué elegir un filtro físico o químico?
La elección entre filtros físicos o químicos para la protección solar depende de las necesidades y preferencias de cada persona. Ambos tipos de filtros tienen sus ventajas y desventajas.
Los filtros físicos contienen partículas naturales que actúan como una barrera protectora en la superficie de la piel, reflejando y dispersando los rayos UV. Son menos propensos a causar irritación o reacciones alérgicas y su efectividad es inmediata después de su aplicación. Además, no son absorbidos por la piel y son biodegradables, por lo que son más amigables con el medio ambiente.
Por otro lado, los filtros químicos contienen compuestos orgánicos que absorben los rayos UV y los convierten en calor. Son más fáciles de aplicar y se absorben rápidamente en la piel, lo que los hace ideales para su uso en productos de maquillaje. Sin embargo, algunos de estos compuestos pueden ser irritantes para la piel o causar reacciones alérgicas en algunas personas. Además, algunos filtros químicos pueden tener efectos negativos en el medio ambiente, como la contaminación del agua.
En resumen, ambos tipos de filtros tienen sus ventajas y desventajas. Si se prefiere un filtro más natural y biodegradable, el filtro físico puede ser una buena opción. Si se busca una protección más rápida y fácil de aplicar, el filtro químico puede ser la elección adecuada. En última instancia, es importante elegir un protector solar que se adapte a las necesidades y preferencias de cada persona, y aplicarlo regularmente para proteger la piel de los dañinos rayos UV.
Marisol Nuevo Espín
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