Las alergias oculares son una condición común que afecta a muchas personas en todo el mundo. También conocida como conjuntivitis alérgica, esta afección se produce cuando el sistema inmunológico del cuerpo reacciona exageradamente a una sustancia extraña, como el polen, el pelo de animales o el polvo, entre otras cosas.
Las alergias oculares pueden empeorar en la primavera debido a un aumento en la cantidad de polen en el aire. En esta época del año, muchas plantas florecen y liberan polen en grandes cantidades, lo que puede desencadenar una reacción alérgica en las personas sensibles al polen. El polen es uno de los principales agentes que provocan alergia ocular. Este año, según la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), gracias a las borrascas de los últimos meses los niveles de polen serán de «moderados a leves». Además, el clima más cálido y seco de la primavera puede provocar que se acumule más polvo y otros alérgenos en el aire.
Además del polen, otros factores que pueden empeorar las alergias oculares en la primavera incluyen el aumento de la exposición a los rayos ultravioleta del sol y la contaminación del aire.
Los ojos también pueden irritarse por el viento, el calor y la sequedad.
Cada persona es diferente y puede tener diferentes factores desencadenantes de sus alergias oculares. Por lo tanto, es recomendable que las personas que sufren de alergias oculares consulten con su médico para recibir un diagnóstico preciso y un tratamiento adecuado, que puede incluir antihistamínicos o corticosteroides para aliviar los síntomas. Además, se pueden tomar medidas preventivas, como evitar la exposición a los alérgenos conocidos y mantener una buena higiene personal, para reducir el riesgo de sufrir alergias oculares en cualquier época del año.
Síntomas de la alergía ocular
Los síntomas de las alergias oculares pueden incluir ojos llorosos, picazón, enrojecimiento, hinchazón y sensación de ardor en los ojos. Estos síntomas pueden ser muy molestos y pueden afectar la calidad de vida de una persona, especialmente si se presentan durante períodos prolongados.
El tratamiento de las alergias oculares puede incluir el uso de gotas oculares antihistamínicas, que ayudan a reducir la picazón y la inflamación en los ojos. También se pueden recetar esteroides o antihistamínicos orales en casos más graves. Además, se recomienda evitar el contacto con la sustancia que causa la alergia tanto como sea posible y mantener una buena higiene personal, como lavarse las manos con frecuencia y limpiar regularmente la casa.
Gotas frías, un truco para el tratamiento de la alergía ocular
Para mitigar algunos de estos síntomas, los expertos recomiendan usar gafas de sol y limitar en la medida de lo posible las actividades al aire libre en los días con mayor polinización, evitando zonas de gran vegetación. Además, es imprescindible mantener una correcta hidratación y no frotar los ojos. Si ya se siente la reacción alérgica, los expertos sugieren lavar la cara con agua fría y administrar lágrimas artificiales frías.
Es importante tener en cuenta que las alergias oculares no son contagiosas, pero pueden ser hereditarias. Si sospechas que tienes alergias oculares, es importante hablar con tu oftalmólogo para recibir un diagnóstico preciso y obtener el tratamiento adecuado. Con el tratamiento adecuado, las personas con alergias oculares pueden vivir una vida normal y sin molestias.
Marisol Nuevo Espín
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