Categorías:

Actividad física: jaque al síndrome posvacacional

Tabla de contenidos

La llegada del mes de septiembre supone para algunos el comienzo de un período penoso y desagradable, que se ampara bajo el denominado síndrome posvacacional. No se trata de nada nuevo, y se puede hablar de enfermedad: desde siempre todos hemos afrontado la vuelta al trabajo tras las vacaciones con más o menos ánimo. Pero este término se ha extendido y generalizado por todos lados.

El síndrome posvacacional puede cursar de diversas formas. Lo habitual es padecer a la vuelta de vacaciones un cuadro de debilidad generalizada y astenia. Puede haber problemas de insomnio y una somnolencia importante a lo largo del día. La capacidad de concentración y la tolerancia al trabajo se ven limitadas, provocando una sensación de desidia y hastío.

En otras ocasiones, puede aparecer una sensación de angustia vital que llevando a un bloqueo en el cual la persona que lo presenta es incapaz de tomar cualquier decisión. Puede haber un cambio de carácter con cierta agresividad, sin embargo, se establece habitualmente y de forma progresiva una sintomatología más propia de un cuadro depresivo.

Un poco de ejercicio ayuda a superar el síndrome posvacacional

Padezcamos o no los efectos negativos de este síndrome posvacacional moderno, es interesante que nos planteemos la vuelta a la vida cotidiana desde el enfoque de la actividad física.

– Hemos peleado durante todo el curso por mantener un ritmo elevado de ejercicio y vida sana.
– También en verano hemos procurado acotar unos tiempos de deporte.
– Es de vital importancia afrontar el inicio del curso con un buen plan físico.
– Además, todavía acompaña el buen tiempo.

Aunque no sea lo único para combatir el síndrome posvacacional, un mes de septiembre bien programado desde el punto de vista de la actividad física incidirá positivamente en nuestro estado mental y en nuestra capacidad de afrontar con garantías el inicio de curso.

1. Mantener el ritmo de actividad física cuesta menos que volver a empezar de cero después de un parón largo.
2. El deporte ayuda a tener la cabeza despejada, ahora que el trabajo puede ser más costoso.
3. El ejercicio permite conciliar el sueño con más facilidad.
4. El deporte libera la tensión que se acumula en las primeras semanas de vida ordinaria (la casa, el colegio, el trabajo…).
5. Y retrasa el envejecimiento, mejorar nuestra condición física, etc.

Plan semanal de ejercicio para el regreso a la rutina

Este plan semanal -de tan solo de 4 días- nos puede servir de ejemplo a la hora de que cada una y cada uno se plantee su vuelta al cole dentro del Plan Anual de Actividad Física que estamos intentando fijar.

Las claves para afrontar con éxito este plan de inicio de curso son:
1. Realismo. No podremos dedicar tanto tiempo ni hacer lo mismo que en verano.
2. Constancia. Hay que blindar esos tiempos de deporte.
3. Colectivo/Individual. Será más fácil si practicamos deportes colectivos de dos o cuatro, aunque hay que buscar compañeros. Es más sencillo salir sólo porque no dependemos de nadie, pero a veces cuesta más.
4. Combinar. Buscaremos actividades que potencien lo cardiovascular, otras para tonificar la musculatura y algunas que mezclen ambos parámetros.

Horario semanal para superar el síndrome postvacacional

– Miércoles: lo importante no es que sea miércoles, sino encontrar un hueco dentro de la semana para moverse, relajarse, jugar, hacer deporte…

Natación. Sesión de 1 hora en total.

18.50: vestuario. Cambiarse.
19.00: calentamiento. 2 largos por estilo (crol, braza, espalda).
19.15: parte central. 4 largos por cada sistema:
– Churro entre las piernas. Nado en plan perrito.
– Pulboy entre las piernas. Sólo brazos de crol.
– Tabla en las manos. Trabajo piernas de crol.
19.45: vuelta a la calma. 5 minutos relajados en el borde.
19.50: vestuario. Ducha, hidratación y a casa.

– Viernes: día de deporte con amigos.

Padel. Partido de 2 horas (1h y 15 min. de juego real).

19.00: peloteo inicial en paralelo.
19.15: comienza el partido.
21.00: fin del partido. Lata o botella de bebida.

– Sábado: individual. Sesión de 45 minutos.

Running. En el tapiz del gimnasio o por el parque más cercano.

12.00: estiramientos.
12.05: trote suave para entrar en calor.
12.10: empezamos al ritmo que nos convenga.
12.40: stop. Estiramientos.
12.45: fin de la sesión y lata o botella de bebida.

– Domingo. (Opcional): más deporte colectivo. Partido de fútbol, otro padel, squash, tenis…

Marisol Nuevo Espín

Te puede interesar:

– Supera el síndrome postvacacional

Claves para tu vuelta al trabajo

Síndrome postvacacional: ¿cómo afrontar el fin de las vacaciones?

¿Cómo volver al trabajo en buenas condiciones después de las vacaciones?

Otros artículos interesantes